En el artículo del Club de Expertos de hoy, José María González Moya, Director General de APPA Renovables, pone de manifiesto que, aparte de los efectos que se sufrirán provocados crisis del COVID-19, el sector renovable ya se estaba enfrentando a una parálisis y a problemas como la ausencia de un calendario de instalación de la nueva potencia contemplada en el PNIEC.
Cuando comenzaron las noticias sobre el coronavirus, algunos medios de comunicación se pusieron en contacto con nuestra Asociación. La principal pregunta era “¿cómo estaba afectando la crisis del coronavirus al sector renovable?”. Evidentemente, la situación aún no se había descontrolado en Italia y seguíamos pensando entonces que tampoco afectaría demasiado a España. Nuestra preocupación como sector era, básicamente, los retrasos que se podían producir en el suministro de los principales fabricantes fotovoltaicos, concentrados en China. En enero y febrero este efecto ya se empezaba a notar, especialmente en instalaciones por encima del megavatio, ya que, para los proyectos de menos potencia, era suficiente con el stock de los distribuidores.
Hoy, evidentemente, la situación es otra. El estado de alarma ha impactado en nuestra economía con la paralización parcial del país y numerosos expedientes de regulación temporal de empleo que están contabilizando por decenas de miles los empleos que se están “suspendiendo”. Esperemos que, cuando se vuelva a la normalidad, estos trabajadores puedan recuperar sus empleos y la economía solo haya sufrido el parón que estamos experimentando, porque si atendemos a los descensos experimentados en las cotizaciones de muchas de las compañías, el motivo de preocupación es evidente.
COVID-19 y sector renovable
Además de los problemas de salud que está dejando el COVID-19, cuyo máximo efecto y el más trágico son las muertes que se están disparando en estos días, la crisis del coronavirus dejará una profunda cicatriz en nuestra economía. Cómo afectará al sector renovable esta crisis es difícil de aventurar en estos momentos. La cadena de suministros ya estaba afectada hace dos meses y la parálisis que el Estado de Alarma pueda provocar en nuestro sector, está por ver aún. Mirando el lado positivo, si es que lo hay, agradezcamos que el brote se haya producido ahora y no durante 2019, en el punto más frenético de nuestra actividad reciente.
Igual que la lucha contra el coronavirus no debe tener color político y necesitamos la unión de todos para salir de esta crisis sanitaria y económica, la Transición Energética requiere de unos acuerdos de todos los grupos políticos.
El sector ya estaba enfrentándose a otros problemas
Más allá de los efectos del coronavirus, nuestro sector ya se estaba enfrentando a la parálisis. No necesitábamos un Estado de Alarma, que no hará sino agravar las cosas, porque ya teníamos nuestra propia barrera. El PNIEC marca unos objetivos para 2030 que implican la instalación de unos 6.000 megavatios de nueva potencia renovable todos los años. Sin embargo, seguimos sin tener un calendario de instalación ni mecanismos para ordenar y garantizar estas inversiones.
La escandalosa acumulación de permisos de acceso y conexión, que ya superan con creces los necesarios para toda la próxima década, no es sino un efecto de la falta de planificación. Un mal que ha afectado al sector durante muchas décadas. El Gobierno tiene por delante una tarea enorme, desarrollar la Transición Energética de forma efectiva, que se torna titánica si tenemos en cuenta la falta de planificación endémica que hemos sufrido.
Unión política en favor de la transición energética
Igual que la lucha contra el coronavirus no debe tener color político y necesitamos la unión de todos para salir de esta crisis sanitaria y económica, la Transición Energética requiere de unos acuerdos de todos los grupos políticos. Estamos hablando de objetivos a 10 y 30 años – no olvidemos que la meta final es la descarbonización en 2050 – y, para alcanzarlos, debe existir consenso sobre los aspectos principales de nuestro cambio de modelo energético. Si todos remamos en la misma dirección, las energías renovables podrán generar riqueza y empleo en un país que, vista la situación actual, está más que necesitado de ambas cosas.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.