La mayoría de los usuarios de vehículos eléctricos se convierten en expertos en el uso de la energía y en ciudadanos preocupados por su procedencia, que no conciben el despilfarro que nos hemos permitido hasta ahora.
La tecnología de los coches eléctricos les permite desplazarse sin emitir una sola partícula contaminante al aire, sin hacer ruido y por mucho menos dinero de lo que costaría moverse utilizando un combustible fósil. Todas estas bondades de la movilidad eléctrica la convierten en una tecnología superior que, una vez superadas las barreras de la autonomía y los tiempos de carga, debería tener el camino despejado para imponerse.
Ciudadanos responsables
Pero todo esto no tendría sentido si no fuésemos conscientes de dónde proviene la energía que consumen estos vehículos. Esta variable no es siempre controlable por los usuarios. En muchos casos depende de la zona donde vivan. Si es un país con una elevada producción de energía renovable y con políticas dirigidas a fomentarlas, el impacto ambiental del uso de eléctricos será muy inferior a si se vive en países en los que la producción energética se basa en combustibles fósiles. Estos coches no contaminan de forma local pero sí contribuyen a la emisión, en el lugar de producción de la energía, de gases de efecto invernadero y nocivos que están causando estragos en el clima de nuestro planeta.
Por eso es muy importante un efecto que se produce sobre los usuarios de los coches eléctricos: su mayor concienciación sobre la procedencia de la energía con la que cargan sus baterías. Esta alfabetización que se produce es una parte fundamental al convertirse en ciudadanos responsables preocupados por la eficiencia energética, el cuidado del planeta y la protección de la salud. Una actitud que se traslada a otros ámbitos de su vida.
Opinión de expertos
Nancy Pfund de la firma de capital de riesgo DBL Partners, se dio cuenta de este fenómeno hace años en Estados Unidos con la llegada de Tesla y la energía solar para todos. Cuando una persona compra un vehículo eléctrico se vuelve más consciente de cómo se genera la electricidad y es más probable que se preocupen por ello. Una circunstancia que influye sobre sus decisiones energéticas a todos los niveles.
Colin McKerracher analista de Bloomberg New Energy Finance, opina que la gente prefiere disponer de tecnologías que se ajusten automáticamente a su consumo de electricidad, para evitar tener que controlarla ellos mismos. Sin embargo, quien va más allá y compra un vehículo eléctrico es más propenso a tener un interés por el impacto ambiental que provocan otros ámbitos de su vida.
Desde movilidadelectrica.com, el diario digital líder vehículo eléctrico, han llegado a esta misma conclusión. Los usuarios de vehículos eléctricos en su gran mayoría han incrementado su preocupación por el consumo energético, en parte por su propio control económico y en parte porque su concienciación medioambiental se ha convertido en su prioridad, trasladándolas a otros ámbitos de su vida como el consumo responsable de agua o el reciclaje.
De los ciudadanos debe partir la conciencia de que lo que hemos hecho hasta ahora puede considerarse un mal menor. Nos hemos permitido envenenar nuestro aire y maltratar nuestro planeta como un efecto colateral del progreso. Pero la tecnología no está demostrando que este sacrificio no es necesario y que ya va siendo hora de abandonar antiguas tecnologías y fomentar las nuevas, aunque inicialmente, conlleven un coste económico superior. La inversión es en la vida de nuestros hijos, ¿qué mejor inversión?
Por: Gonzalo García, Redactor Jefe de Movilidadelectrica.com
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.