Raquel Montón,
responsable de las campañas relativas al sistema eléctrico y la energía nuclear en Greenpeace, vuelve hoy a nuestro Club de Expertos con la segunda parte de su artículo sobre «la vacuna renovable». La «dosis» de hoy trata sobre los criterios de seguridad, calidad, y eficacia para el desarrollo de la integración de renovables.
Explicaba en el artículo anterior que las energías renovables son lo más parecido que tenemos a una vacuna contra la pandemia climática, y que las administraciones en el ámbito de sus competencias deberían aplicar criterios de seguridad, calidad y eficacia para su desarrollo evitando así abusos y favoreciendo el interés general.
Criterios de seguridad
Criterios de seguridad porque aunque los beneficios de la “vacuna renovable” sean mayores que los riesgos, siempre hay que reducir los riesgos lo máximo posible. Para ello la planificación y adopción de criterios ambientales para evitar impactos innecesarios, para ello además de exigir el cumplimiento estricto y mejorado de toda la normativa en materia ambiental, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ya ha elaborado una zonificación de la sensibilidad ambiental del territorio(1), identificando las áreas que presentan mayores condicionantes ambientales para la implantación de estos proyectos renovables. Esta zonificación debería ser vinculante.
Criterios de calidad
Criterios de calidad porque la “vacuna renovable” además de actuar contra el virus de la pandemia climática, puede curar otras enfermedades. Un sistema eléctrico alimentado de fuentes renovables tiene un gran valor social porque la electricidad puede contribuir a la mitigación del cambio climático, a la reducción de la contaminación, a la creación de empleos adecuados, a la cobertura de las necesidades básicas y a la habilitación de la actividad económica. Además, la electricidad es la vía más rápida, eficaz y sostenible de llevar la energía renovable a todas las demandas energéticas que hoy utilizan combustibles fósiles (transporte, climatización, industria…). Por tanto, el valor de la electricidad procedente de desarrollos renovables va más allá de cuánto cuesta en términos económicos sino cuánto vale la pena disponer de ella.
Criterios de eficacia
Criterios de eficacia para alcanzar mayores cotas de eficiencia con la “vacuna renovable” atendiendo a argumentos y observaciones que mejoran su utilidad.
- Planificación energética. Se debe valorar el ámbito, contexto y circunstancias en el que se instala un proyecto, dentro de un marco superior, como mínimo la planificación estatal contenida en el PNIEC a su vez alineado con los objetivos europeos, que a su vez deben estar alineados con el Acuerdo de París.(2) Es recomendable una planificación energética autonómica que determine la energía necesaria y la potencia a instalar, así como su territorialización, por tecnologías en cada CC.AA.
- Diversidad tecnológica. Es necesaria una diversidad tecnológica que favorezca la complementariedad recíproca entre renovables. Esto permite el verdadero aprovechamiento de los recursos y la eficiencia en su uso atendiendo a sus características técnicas, tamaño, niveles de gestionabilidad, madurez tecnológica.
- Mantener la investigación. Los proyectos demostrativos permiten que las tecnologías alcancen mayores estándares de eficiencia, usabilidad, eficacia, solvencia económica, etc. Son imprescindibles y las planificaciones deben incluirlos.
- Localización. La electricidad es más valiosa cuando se produce en sitios donde no hay problemas de congestión de redes. (3) Por ello hay que priorizar estas localizaciones para ser más eficiente en el uso de las redes, y disminuir la necesidad de nuevas infraestructuras.
- Momento de producción. La electricidad es más valiosa cuando la demanda es alta o cuando la generación es baja. Por ello hay que priorizar aquellas tecnologías que pueden producir en momentos de alta demanda y en momentos de baja generación. Esto permite ser más eficiente y flexible en el uso de la electricidad reduciendo la necesidad de nuevas infraestructuras de almacenamiento que permitieran almacenar los excedentes no utilizados.
- Producción distribuida y centralizada. Al igual que un sistema de transporte solo es posible si conviven transportes individuales y colectivos, o urbanos, interurbanos, y transnacionales; un sistema eléctrico sostenible y universal tiene que combinar la generación eléctrica centralizada y distribuida porque ambas se necesitan, se complementan y fomentan las sinergias y eficiencia entre ambas.
- La proximidad espacial y temporal. Esta proximidad entre la producción y consumo presenta indudables ventajas en eficiencia. En el caso de la proximidad espacial sobre todo en lo que se refiere a las pérdidas de transporte y distribución. En el caso de la proximidad temporal compartiendo las redes de distribución y transporte para poder consumir la electricidad generada en otros lugares, también presenta ventajas respecto a la eficiencia energética y económica de las instalaciones tanto para complementar picos de demanda como para optimizar los vertidos de la generación, entre otras razones. Se recomienda tener en consideración esta valoración de amplio alcance, en el marco de los planes territoriales y estatales, para no discriminar la generación eléctrica a través de redes de distribución respecto a la de proximidad y viceversa. No siempre los beneficios o los impactos de una instalación se materializan en el lugar donde se instalan.
- El tamaño. La gran modularidad de las distintas tecnologías renovables les permite adaptarse a muy diferentes condiciones, tanto de exigencias económicas, sociales, ambientales, etc., y por lo tanto aprovechar esta circunstancia debe favorecerse según convenga al interés general tanto para aumentar como para reducir su tamaño. Condicionar su tamaño sin aplicar los criterios concretos de cada caso particular no tiene sentido y sí muchos inconvenientes tales como, la posible fragmentación de proyectos para disminuir artificialmente el tamaño y burlar la legalidad ambiental o, agrupar proyectos de una misma compañía artificialmente para conseguir ventajas de escala comercial o de gestión o de financiación etc.
- La participación social. Los proyectos de instalación renovable deben ayudar, promover y permitir el desarrollo y la participación local, tanto por la movilización de inversiones hacia el territorio como por la creación de puestos de trabajo o de industria local. El establecimiento de políticas fiscales de apoyo es necesario para maximizar el valor del procedimiento. Se fomentaría así no solo la democratización energética sino la creación y la supervivencia de pequeñas/medianas empresas que normalmente no pueden competir en precio con las grandes empresas, permitiendo una variedad de tejido empresarial local y otros beneficios socioambientales al territorio, y se permitiría que la transición ecológica sea justa y no dejé nadie atrás, haciendo que esto sea realidad y no un slogan. Además de la transición ecológica, el reto demográfico es la otra gran prioridad y por ello no pueden ser olvidados los criterios que defiendan el territorio y su gente.
- La propiedad. La ineficiencia económica que supone la existencia de oligopolios en el sistema eléctrico, imposibilita conseguir un sistema sostenible y universal por ello la participación ciudadana en el sistema debe ir más allá de la cantidad de electricidad que esta consume. (4)
No se debe permitir que lo que es sostenible deje de serlo por consentir la especulación y el todo vale, y desde luego no es tolerable disfrazar de sostenible lo que no lo es. Las renovables tienen que ser seguras, de calidad y efectivas, y estar al servicio del bien común.
(1). MITECO (2021). Zonificación ambiental para energías renovables: Eólica y Fotovoltaica
(2). El PNIEC no es lo suficientemente ambicioso para conseguir los objetivos climáticos acordes con los criterios científicos, no obstante es el mínimo marco legal, y por lo tanto obligatorio.
(3). La desaparición de los recursos nucleares y de carbón conlleva un aumento en los flujos en la red de 220 kV, especialmente en Cataluña, Madrid y el Pirineo aragonés. Sin embargo, la diferencia entre ambas situaciones es lo suficientemente pequeña como para concluir que la desaparición de los recursos nucleares y de carbón no debería suponer un riesgo para la robustez y la estabilidad del sistema peninsular español. (Análisis a futuro de la seguridad del sistema eléctrico peninsular Español, IIT para Greenpeace, 2018)
(4). La Unión Europea coincide en este punto, y fruto de ello la figura de Comunidad Energética local (CEL). Estas figuras permiten que se diversifique el tejido social y empresarial y se evite la concentración en pocas grandes empresas. Es recomendable que se desarrollen procedimientos específicos para proyectos promovidos por comunidades energéticas, además de la cuota reservada en las subastas para proyectos ciudadanos.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.