Esta semana Pedro González aprovecha el espacio que le brinda la sección ‘Club de Expertos’ de EnergyNews para presentarnos aelēc. González nos acerca en detalle, a través de su artículo, los cambios implementados en la Asociación Española de la Industria Eléctrica, UNESA, y que han cristalizado en el nacimiento de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica, aelēc. González aborda en profundidad el transformación de la asociación derivada de un proceso de modernización necesario, en sintonía con la evolución de sus asociados, y en un contexto energético en plena transición.
Hoy escribo este artículo como director de Regulación de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica, aelēc. Y es que la que hasta ahora ha sido la Asociación Española de la Industria Eléctrica, UNESA, ha renovado su nombre, pero también su misión, sus objetivos y su identidad. Un proceso de cambio y modernización con el que persigue actualizarse y ser más dinámica y flexible, interactuando con todos los agentes involucrados en el sector y en línea con la evolución de nuestras empresas asociadas (EDP, Endesa, Iberdrola, Naturgy y Viesgo), además de, por supuesto, de las instituciones y del país en su conjunto.
En el marco de este cambio global, lo más relevantes es que la asociación a partir de ahora centrará su actividad en los siguientes principios:
- La electricidad como elemento clave. En este sentido, aelēc centrará parte de su actividad en difundir el papel clave de la electricidad para alcanzar los objetivos de descarbonización e incrementar la eficiencia energética.Desde hace años estamos inmersos en una profunda transición energética, liderada por la Unión Europea. El Acuerdo de París y el camino hacia la descarbonización de nuestra economía y nuestra sociedad pasan por considerar a la electricidad como elemento clave para poder hacer realidad estos objetivos. Es necesario, por ello, priorizar la energía eléctrica, al ser la opción de mayor eficiencia y la única que ha demostrado ser capaz de avanzar hacia un horizonte sin emisiones. En definitiva, podemos afirmar que transición energética y electricidad constituyen un binomio indisoluble. Por otro lado, se debe considerar el importante potencial de desarrollo que va a experimentar la electricidad, más allá de su utilización convencional, en sectores que van a incrementar su demanda. Merece la pena destacar el industrial y la edificación además de, por supuesto, el transporte – y, a este respecto, cabe señalar la necesidad de impulsar la movilidad eléctrica, como medio para la reducción de emisiones y la mejora de la calidad del aire de nuestras ciudades-.
- El crucial papel que han de jugar las redes de distribución para alcanzar estos retos. Las redes de distribución son imprescindibles como palanca facilitadora de este proceso, capaces de llevar la energía eléctrica y vertebrar el territorio a través de una red moderna, inteligente e integradora de los recursos renovables distribuidos, incluyendo nuevas formas de generación y consumo, como la movilidad eléctrica o el autoconsumo. Una red que, además, hará posible que el consumidor tenga un papel cada vez más activo con una mayor capacidad de gestión sobre su demanda.
- La calidad y seguridad de suministro. La transformación de nuestro sistema energético debe mantener el nivel de calidad y seguridad de suministro que demanda la sociedad. Sin esta exigencia será difícilmente sostenible la transición hacia la electricidad como vector energético de impulso a la descarbonización.
- La necesidad de contar con señales económicas adecuadas y seguridad regulatoria. La transición energética requiere de grandes inversiones que necesitan unas señales económicas adecuadas, y que además sean estables, para garantizar el beneficio de los consumidores y lograr un efecto tractor para la economía nacional. Esto conllevará seguir invirtiendo en redes, como se ha venido haciendo. Las últimas previsiones que se han realizado cuantifican en unos 30 mil millones de euros las necesidades de inversión que deberán acometer las empresas para modernizar, transformar, digitalizar y ampliar la red en transporte y distribución, en el periodo 2017 al 2030. Estas inversiones además han de unirse a las que se cuantifican también de aquí a 2030 en energías renovables, que hacen que el total de inversión pueda alcanzar los 70 mil millones de euros.
- La digitalización como el acelerador de la descarbonización, permitiendo a su vez una mayor participación de los consumidores. La transformación tecnológica del sector a través de la digitalización conllevará, entre otros aspectos, la aparición de nuevos agentes, que van a relacionarse y a conectarse de una forma que todavía está pendiente de definir y que, sin duda, va a configurar un sector eléctrico que hoy desconocemos.
Todos estos principios entroncan con la transición energética en la que ya estamos inmersos. Un proceso de cambio cuyo principal objetivo -como no debemos olvidar- es favorecer y mejorar la vida de los consumidores y de la sociedad en general.
Por último, si me gustaría mencionar que esta nueva misión de la asociación se conecta de forma natural con el cambio de su denominación, logo, objetivos e imagen, en general. La nueva identidad se vincula, precisamente, con esta visión de futuro, sin olvidar el apoyo y la fortaleza que suponen la experiencia y el conocimiento acumulados durante años por las empresas eléctricas y dentro de esta casa. Un nuevo camino en el que empezamos a caminar con ilusión y con múltiples retos por delante.
La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica es ahora aelēc: misión y objetivos renovados
Por Pedro González, director de Regulación de aelēc
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.