Antonio Coppola, Jefe de Investigación y Desarrollo de Matica Technologies, explica en este artículo las conclusiones del estudio de mercado que su compañía ha encargado MindMetre Research sobre la actitud de los ciudadanos respecto al acceso a los servicios públicos con una «tarjeta inteligente”, como pieza clave en la evolución hacia la «smart cities».
Se podría decir que antes de que el gobierno estableciera el Plan Nacional de Ciudad Inteligente, este concepto ya había aparecido en el pensamiento del sector público (y privado). Hoy en día existen un gran número de ciudades españolas que plantean o se encuentran en plena transformación para ser «ciudades inteligentes».
La ciudad de Santander cuenta con más de 12.000 sensores. En ellos se controla desde la cantidad de basura en los contenedores, el número de plazas de aparcamiento disponibles y hasta el número de viandantes que pasean por las aceras. Otro ejemplo es Barcelona, que ha sido descrita como referente mundial en su desarrollo como ciudad inteligente y que como última innovación planea aplicar la última generación de tecnología LED en las farolas de la ciudad para reducir el consumo eléctrico y la contaminación lumínica.
Cada vez más, las ciudades asumen que convertirse en «inteligentes» no sólo aporta grandes ventajas competitivas, sino que además mejora la sostenibilidad y la calidad de vida de los ciudadanos. Crecer económicamente y culturalmente implica muchos aspectos tales como mejorar la accesibilidad a los servicios públicos, ser capaces de atraer talentos, y diferentes factores que muestran hasta qué punto la ciudad alcanza ese rango de ciudad “inteligente”.
La tecnología inteligente es un componente fundamental en el desarrollo e innovación que normalmente va de la mano con la «digitalización» de la ciudad. La digitalización es el proceso que conecta a las personas, las TI (Tecnologías de la Información) y las herramientas necesarias para ofrecer servicios públicos óptimos y que, a su vez, ahorren en gastos. Un ejemplo evidente es el traslado de la comunicación al sitio web del ayuntamiento en lugar de emplear trabajadores para un call center o publicar revistas informativas.
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Conectar la realidad física de la ciudad con el mundo online se está convirtiendo en la característica más popular de la digitalización. Es gratificante ver como la evolución digital tiene la capacidad de hacer los servicios públicos más efectivos y rentables, tanto para los ciudadanos como para los proveedores de servicios.
La clave parece estar en la sencilla, pero sumamente segura, tarjeta inteligente. El proyecto Barcelonés “Bicing” es una prueba de ello, un sistema que permite a los ciudadanos compartir un servicio de bicicletas por toda la ciudad, y que funciona a través de una tarjeta inteligente que posibilita a los usuarios desbloquear su bicicleta sin complicaciones.
Sin duda, estábamos lo suficientemente interesados en esta cuestión como para encargar un estudio de mercado independiente a MindMetre Research, sobre las posturas de la gente respecto al acceso a los servicios públicos con una «tarjeta inteligente”.
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Pues bien, en España la mayoría de las personas encuestadas consideran esencial que su ciudad cree una sola tarjeta inteligente que les permita acceder a los diferentes servicios públicos. Y el 79% afirmó que le gustaría recoger, renovar y reemplazar su tarjeta inteligente en una ubicación fija en lugar de tener que esperar a recibirla. Esto sería factible gracias a la tecnología actual, que permitiría emitir grandes volúmenes de tarjetas de manera instantánea, es decir que se podrían producir tarjetas inteligentes seguras en oficinas locales.
¿En qué tipo de servicios creen que nuestros ciudadanos querrían usar la tarjeta? En términos de «utilidad», estos cuatro obtuvieron los porcentajes más altos: validación de la identidad (84%), canjear descuentos (86%), acceso a los servicios de públicos (84%) y el transporte público (83%).
Algunas ciudades europeas ya han desarrollado tarjetas inteligentes. En Viena, la compañía de transporte público tiene una tarjeta similar a la tarjeta de transporte Oyster en Londres, aunque ésta además permite a los residentes de la ciudad pagar taxis, compartir coche y aparcar. Y respecto a los planes futuros permitirá a los ciudadanos mayores y a los jóvenes canjear sus respectivos descuentos.
[pullquote]»De los cuatro países encuestados (Reino Unido, Alemania, España y Francia), se extrae que los españoles son los mayores defensores de las tarjetas inteligentes».[/pullquote]
Por otro lado, una de las actividades más destacadas con un 79% de los ciudadanos a favor, fue el uso de la tarjeta para llevar a cabo el pago de impuestos. Aunque la respuesta media en el resto de las naciones europeas fue también positiva (65%), pensé que era particularmente interesante que ante todo en España creyeran que la tarjeta inteligente sería útil para procesar los pagos de impuestos. De los cuatro países encuestados (Reino Unido, Alemania, España y Francia), se extrae que los españoles son los mayores defensores de las tarjetas inteligentes.
Una de las principales esperanzas del gobierno para las ciudades inteligentes es fomentar un enfoque de colaboración positivo con sus ciudadanos para crear servicios que la gente necesite. Así pues, no sólo es importante escuchar las opiniones y propuestas de la gente sino, además, actuar sobre ellas. De lo contrario, nos arriesgamos a ver proyectos fracasados y preciosos presupuestos desperdiciados, sin mencionar la pérdida de credibilidad respecto a los beneficios de las ciudades inteligentes.
Aparte del ahorro que suponen, las tarjetas inteligentes también juegan a favor de los gobiernos locales al proporcionar un medio para la captura de grandes cantidades de datos. Estos datos pueden tener múltiples usos, pero en lo que respecta a las ciudades inteligentes, los datos de la tarjeta inteligente ofrecen una visión sin precedentes del comportamiento de las personas en torno al uso de los servicios, lo que puede suponer una gran ayuda para mejorar notablemente el funcionamiento de nuestras ciudades.
Antonio Coppola, Jefe de Investigación y Desarrollo de Matica Technologies
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.