Bélgica persigue, desde hace un tiempo, el objetivo de eliminar gradualmente su producción de energía nuclear, en especial, a partir de la crisis de la central de Fukushima, en Japón. Entre las posibles alternativas para lograrlo, producir energía eólica parece ser una de las más convenientes. El viento es un recurso abundante, limpio. Pero tiene un gran inconveniente: no se puede obtener bajo demanda ya que, como es obvio, su producción depende enteramente de las condiciones meteorológicas.
El país belga planea construir una isla artificial para almacenar energía eólica, a tres kilómetros de la costa. La isla tendría forma circular y tardaría alrededor de 5 años en construirse, pero cumpliría una importante misión: utilizar eficientemente la energía producida por los molinos de viento en un entorno propicio: el mar del Norte. La ministra Johan Vande Lanotte explica que el país “tiene mucha energía producida por molinos de viento que a veces se pierde, porque no hay suficiente demanda de electricidad” y, con la construcción de esta isla se solucionaría el problema, ya que “la energía que no sea consumida será utilizada para alimentar una turbina de agua en el centro del islote”.
La idea de este proyecto es que la energía producida por molinos de viento que no se utilice se emplee para alimentar una turbina de agua ubicada en el centro de la isla (de ahí, la forma de rosquilla). Mediante la construcción del megaproyecto, Bélgica espera producir 2.300 megawatts en su isla artificial, remplazando significativamente los 3.000 megawatts que producen hoy en día cada uno de los dos reactores nucleares que funcionan en el país. Además, el éxito del emprendimiento generaría una sustitución importante de combustibles fósiles.
El proyecto Isla ‘Donut’, como ya lo han bautizado, aún no se ha concretado, pero se espera que se formalice a finales de este año 2013 para proceder con la construcción de la infraestructura.
Heikki Willstedt, director de políticas energéticas de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) en España, considera al respecto que, para que el proyecto sea eficiente, tiene que ser rentable económicamente, por lo que una correcta estimación de sus costes y tener claro cómo se va a recuperar la inversión son temas clave antes de empezar a construir. Garreth Harrison, experto en ingeniería energética y catedrático de la escuela de ingeniería de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido, concuerda con Willstedt en que el mayor reto al que se podría enfrentar el proyecto belga es de índole económico.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.