El fabricante de automóviles Audi ha transformado un antiguo molino de viento en un aerogenerador con motores de varios coches eléctricos. Este es el primer paso del proyecto (M)icrogrid; el siguiente pondrá a prueba la viabilidad del uso de baterías recicladas para almacenar la energía generada
Siguiendo las premisas de la economía circular (reducir, reutilizar y reciclar), el proyecto (M)icrogrid de Audi ha permitido transformar un tradicional molino de viento mallorquín en un sistema de generación de energía.
El proyecto se ha llevado a cabo bajo la dirección técnica de Francisco Trigueros, ingeniero español de Desarrollo Técnico en el Área de Innovación de AUDI AG.
Un aerogenerador que funciona con motores de coches eléctricos
El proyecto (M)icrogrid de Audi toma como base un antiguo molino de viento mallorquín.
Lo que han hecho los ingenieros del fabricante de automóviles alemán ha sido acoplar varios motores en desuso de coches eléctricos (de varios Audi e-tron, concretamente) al mecanismo del molino.
«Convenientemente adaptado para trabajar en el rango adecuado», el sistema permite que las aspas impulsadas por el viento hagan girar el motor eléctrico. Este transforma la energía mecánica en energía eléctrica de modo similar a como lo hace el sistema de recuperación de energía en un vehículo eléctrico. Esta energía eléctrica se puede utilizar para autoconsumo, y el remanente se vuelca directamente en la red.
Puesto que la capacidad máxima de generación de potencia de este sistema está limitada en gran parte por las características del molino, los responsables del proyecto explican que «el motor eléctrico procedente de vehículos Audi e-tron funciona muy por debajo de su capacidad».
Todos los motores eléctricos utilizados proceden de vehículos de la flora interna del fabricante.
La potencia estimada que puede generar es de unos 15 kW.
Desde Audi explican también que «el molino generador de electricidad está equipado con distintos sistemas de seguridad, destacando el denominado cierre de cola». Este permite modificar automáticamente el ángulo de incidencia de las palas para evitar riesgos en caso de vientos fuertes.
Baterías para almacenar la energía
Una vez en marcha el proyecto, Audi va a estudiar el comportamiento del sistema y su funcionamiento en distintas condiciones de uso, para definir modelos futuros de cooperación y ampliación. «Por ejemplo, una expansión del concepto permitiría acoplar baterías de segunda vida y crear sistemas de generación y almacenamiento de energía estacionaria, que serviría para amortiguar los picos de demanda de electricidad», adelantan.
Los molinos de viento mallorquines
En Mallorca, los primeros molinos para moler grano documentados datan del siglo XIV, aunque no se generalizaron hasta el siglo XV. El aprovechamiento de la fuerza del viento utilizando molinos para la extracción de agua se remonta a mediados del siglo XIX, por influencia holandesa. Los primeros molinos de agua pasaron rápidamente a utilizar palas de madera en sustitución de las de tela.
El molino “Son España”, el elegido por Audi para el proyecto (M)icrogrid, data de 1925 y fue de los primeros en incorporar palas metálicas.
Destinado originalmente a la extracción de agua del subsuelo, está situado en la localidad de Son Ferrol, a muy pocos kilómetros del aeropuerto de Palma de Mallorca.
Es uno de los más de 600 molinos harineros y de viento que forman parte del paisaje de la isla, reconocibles por su peculiar construcción, con una torre de obra y un sistema de palas utilizando elementos materiales y técnicas de la arquitectura local.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.