España participa desde ayer en la tercera conferencia intergubernamental para ultimar el Tratado Global de los Océanos, un pacto que pretende proteger la biodiversidad marina. Celebrada en la sede de Naciones Unidas en Nueva York hasta el 30 de agosto, los 193 Estados miembro de la ONU buscan redactar un texto para regular aguas internacionales que esté listo para finales de 2020.
La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar establece en su artículo que «los Estados tienen la obligación de proteger y preservar el medio marino». Es por ello que el futuro Convenio de Naciones Unidas sobre diversidad se convertirá en una herramienta internacional jurídicamente vinculante acerca de la diversidad biológica marina que se sitúa en aguas fuera de la jurisdicción nacional.
Con la protección del 12% de nuestra área marina aprobada por el Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo, España ya supera el objetivo impuesto por el Convenio de Biodiversidad Biológica de proteger como mínimo el 10% de las aguas marinas.
Objetivo del Tratado Global de los Océanos
Aunque se trate de un acuerdo a nivel global muy ambicioso, el tratado persigue conservar y hacer uso de manera respetuosa de la diversidad biológica que se encuentra fuera de la jurisdicción nacional de los países costeros.
La jurisdicción nacional de las aguas se entiende como las zonas económicas exclusivas de un estado determinado, que abarcan frecuentemente unas 200 millas (322 km aprox.) desde la plataforma continental. Esta jurisdicción incluye el lecho marino y el subsuelo marino hasta el límite exterior del margen continental, o hasta las 200 millas marinas anteriormente citadas, que empiezan a contar desde las líneas de base.
Las cuestiones que los Estados miembros discutirán en New York hasta el próximo 30 de agosto serán las siguientes:
- Acceso a los recursos energéticos marinos
- Establecimiento de áreas protegidas para los ecosistemas marinos
- Evaluación del impacto ambiental derivado de la actividad humana en aguas internacionales
- Fomentar nuevas tecnologías marinas sostenibles
Llamada a ser clave en el entendimiento entre los Estados miembros, esta es la tercera de las reuniones celebradas con el objetivo de redactar el Tratado Global de los Océanos. La cuarta y última reunión está prevista para el segundo semestre de 2020.
El papel de España
Nuestro país es uno de los Estados miembros de la Unión Europea con mas iniciativas puestas en marcha en el ámbito de la protección de la biodiversidad marina. No en vano, España es el segundo país de la Unión Europea en extensión de aguas marinas y cuenta con la mayor diversidad marina del continente. Esto se debe a nuestra privilegiada ubicación, en la que compartimos regiones biogeográficas de muy variadas características como son la atlántica, la macaronésica y la mediterránea.
Con la protección del 12% de nuestra área marina aprobada por el Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo, España ya supera el objetivo impuesto por el Convenio de Biodiversidad Biológica de proteger como mínimo el 10% de las aguas marinas.
Momento decisivo para la protección de los mares y océanos
Contaminación por plásticos y microplásticos, cambio climático, nuevas tecnologías que dirigen la minería al fondo de los océanos, sobreexplotación de recursos pesqueros etc. La lista de amenazas que se ciernen sobre los mares y océanos es larga y no hay señales que indiquen que se vaya a revertir esta situación.
En este contexto histórico, España debe remar en una sola dirección cuando se trate de la protección de nuestras aguas marinas, las que albergan la mayor biodiversidad de Europa y las que nos han permitido ser un país con gran tradición marítima y pesquera.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.