La ampliación de la Línea 11 de Metro incluye la termoactivación de la nueva infraestructura como fuente de energía renovable. Por primera vez en España el aprovechamiento de las energías residuales de las infraestructuras del subsuelo se incluye en la construcción de una obra civil.
, apoyada por APPA y Ciemat, y el Ayuntamiento de Madrid, propusieron la termoactivación en sus alegaciones al proyecto inicial. Por su parte, los servicios técnicos de la Comunidad lo respaldaron en su evaluación del proyecto.
Las obras entre Plaza Elíptica y Conde de Casal incluyen la termoactivación de la infraestructura y el aprovechamiento de energía residual en esta última estación.
Según los pliegos técnicos de la licitación, se solicita que el suministro energético:
“A la futura estación de Conde de Casal se pueda realizar, al menos de forma parcial, mediante un sistema consistente en la termoactivación del túnel”.
Además, dicen que:
“El sistema deberá basarse en la termoactivación del anillo de dovelas del túnel de línea localizado inmediatamente anexo a la estación (.). Deberá aportar una potencia instalada de 120 kW (.). Y como mínimo se deberá dar suministro al sistema de climatización”.
La memoria de la licitación indica asimismo que el estudio de viabilidad de la termoactivación:
“Tenga en cuenta los beneficios que a largo plazo tiene [el sistema de termoactivación] sobre el ahorro energético y económico. Y, como consecuencia de ello, sobre las emisiones atmosféricas y la influencia de la acción humana sobre el cambio climático”.
Ampliación de la Línea 11
Los objetivos ambientales y de ahorro y eficiencia fundamentaron las alegaciones que presentó Madrid Subterra hace 3 años al: ‘Estudio Informativo de Ampliación de la Línea 11 de Metro’. El proyecto incluyó la termoactivación del túnel y el aprovechamiento de las energías residuales.
Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas) y APPA (Asociación de Empresas de Energías Renovables) apoyaron estas alegaciones. El Ayuntamiento de Madrid, a través de su Concejalía de Medio Ambiente y Movilidad, también hizo sus propias alegaciones en el mismo sentido.
Finalmente, la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto de los servicios técnicos de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid lo aprueba. Por tanto, se respalda el aprovechamiento de la energía residual liberada en los túneles mediante su revestimiento con un sistema de termoactivación.
La termoactivación de la nueva infraestructura de ampliación de la Línea 11 de Metro supone un gran paso adelante de la Comunidad de Madrid. Es una decisión innovadora para aprovechar las energías renovables de las infraestructuras del subsuelo urbano, inexploradas y desechadas hasta la fecha.
Madrid Subterra valora este proyecto como un éxito conjunto y como un nuevo hito para la asociación. Además, quieren también subrayar y celebrar especialmente que en este proyecto para la ampliación de la línea 11 de Metro de Madrid han estado de acuerdo los tres niveles de la administración pública española: la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y el Ciemat (organismo público de investigación adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación). Igualmente, Madrid Subterra celebra el compromiso del sector privado, representado por APPA.
Nueva fuente de energía
El aprovechamiento de esta nueva fuente de energía limpia, local, distribuida y renovable es todo un logro. Madrid Subterra confía en que el hito marcado por la Línea 11 de Metro sea un punto de inflexión. Eso permitiría convertir esta fuente de energía en algo habitual en los proyectos de todas las infraestructuras subterráneas.
Así lo establece el artículo 21.1.d) de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética:
Artículo 21. Consideración del cambio climático en la planificación y gestión territorial y urbanística; así como en las intervenciones en el medio urbano, en la edificación y en las infraestructuras del transporte.
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La planificación y gestión territorial y urbanística, así como las intervenciones en el medio urbano, la edificación y las infraestructuras de transporte, a efectos de su adaptación a las repercusiones del cambio climático, perseguirán principalmente los siguientes objetivos:
d) La consideración, en el diseño, remodelación y gestión de la mitigación del denominado efecto «isla de calor», evitando la dispersión a la atmósfera de las energías residuales generadas en las infraestructuras urbanas y su aprovechamiento en las mismas y en edificaciones.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela