Debido a la medida de confinamiento decretada por el Gobierno como respuesta a la propagación del coronavirus, se ha impuesto el teletrabajo a un gran número de empleados en España. Según datos oficiales, hasta 4,5 millones de personas están trabajando desde casa estos días, el 22,3% de la población ocupada. Esto supone un incremento del gasto en energía en los hogares. ¿Qué beneficios podría tener el autoconsumo fotovoltaico para los teletrabajadores?
El teletrabajo reduce algunos costes como los de transporte, pero hace aumentar el consumo energético, ya que pasamos más horas en el hogar. La situación actual de confinamiento va a hacer que en muchos hogares, el uso de equipos informáticos va a incrementar el coste del recibo de la luz de marzo. Este precio va a ser asumido por los trabajadores.
Aunque nos encontremos en una situación excepcional provocada por la pandemia, algunos expertos creen que tras la crisis del coronavirus, muchas empresas se decantarán por continuar con el teletrabajo, una fórmula que beneficia al trabajador y a la empresa. Sin embargo, hay que buscar una solución para que no se disparen las facturas de electricidad, y la más razonable se llama autoconsumo fotovoltaico.
España cuenta con potencia eléctrica renovable capaz de suministrar a 84 millones de familias, lo que supone cuadriplicar el número de hogares que hay en el país actualmente.
Sebastián Martínez, CEO de PV Solar y experto en energía solar fotovoltaica, explica: “El autoconsumo, especialmente en comunidades de vecinos, puede generar un ahorro en las facturas de hasta el 70%. Es fundamental destacar, asimismo, que el horario laboral coincide con las horas en las que hay más sol, por lo que el consumo de la red eléctrica sería nulo, ya que durante el día los paneles solares no suponen un gasto económico”.
Los ciudadanos españoles quieren producir su electricidad
Es innegable que España tiene un inmenso potencial para producir energía renovable. Según un estudio realizado en 2016 por el Instituto de Investigación Ambiental CE Delft en 2016, uno de cada tres ciudadanos en España quiere producir su propia electricidad, de forma individual o colectiva. Esto supone que alrededor de 15,5 millones de personas generaría un alto porcentaje de la demanda eléctrica en 2030.
Del mismo modo, el precio y la burocracia ya no suponen un hándicap para la instalación de paneles solares. No en vano, de los 700 euros que costaba una placa solar en 2007 (con permiso en plazo medio de seis mesess), hemos pasado a 70 euros en 2020, con una media de obtención de la autorización para la instalación en solo 30 días.
Según Sebastián Martínez, España cuenta con potencia eléctrica renovable capaz de suministrar a 84 millones de familias, lo que supone cuadriplicar el número de hogares que hay en el país actualmente.
Te puede interesar
La producción en España se reconvierte para ayudar contra el COVID-19Así está afectando el COVID-19 a la producción de energía eólica en España
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.