Los edificios representan el 40 % del consumo final de energía de la Unión
y el 36 % de sus emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía, mientras que el 75% de los edificios de la Unión siguen siendo ineficientes desde el punto de vista energético. El gas natural desempeña el papel más importante en la calefacción de edificios, representando alrededor del 42% de la energía utilizada para la calefacción de espacios en el sector residencial. ¿Será el hidrógeno verde su sustituto ideal?
La posición de la Eurocámara avanza en la eliminación progresiva de la calefacción de combustibles fósiles. El organismo aprobó requisitos para que todos los edificios nuevos de la UE estén libres de emisiones a partir de 2028, para que los Estados miembros planifiquen la eliminación progresiva de la calefacción de combustibles fósiles para 2035 y para poner fin a las subvenciones a las calderas de combustibles fósiles a partir de 2024.
Sin embargo, la propuesta incluye una laguna que permitiría la instalación de sistemas de calefacción basados en combustibles fósiles siempre que, en teoría, algún día pudieran funcionar también con hidrógeno verde, el cual se produce mediante electrólisis del agua con electricidad procedente de fuentes de energía renovables.
Los representantes de la industria del gas han promovido el hidrógeno verde como solución clave para sustituir al gas natural en la red de distribución. Una investigación publicada esta semana por Better Without Boilers revela cómo el lobby del gas ha identificado las calderas de gas domésticas como el campo de batalla clave para el futuro de los combustibles fósiles en Europa.
Sin embargo, las evidencias científicas disponibles hasta el momento no apoyan la calefacción de los hogares con hidrógeno:
- Más de 30 estudios independientes concluyen que calentar los hogares con hidrógeno es una opción más cara, menos eficiente y más perjudicial para el medio ambiente que las alternativas probadas como las bombas de calor, según resume en este análisis del director de Programas Europeos del think tank internacional Regulatory Assistance Project (RAP), Jan Rosenow.
- Tal y como puedes ver en este gráfico de la Hydrogen Science Coalition, se necesitaría casi seis veces más electricidad para satisfacer la demanda actual de calefacción en España utilizando hidrógeno verde que utilizando bombas de calor. Se necesitarían 149 GW de capacidad instalada de turbinas eólicas para la ruta del hidrógeno verde, mientras que harían falta 25 GW de capacidad instalada de turbinas eólicas para alimentar bombas de calor.
- Numerosos estudios han demostrado también que las bombas de calor son la solución de calefacción ecológica más barata a disposición de los consumidores. Estos equipos pueden reducir la demanda de energía primaria y las emisiones de gases de efecto invernadero de forma inmediata y rentable.
- Actualmente, solo el 0,04% de la producción mundial de hidrógeno es hidrógeno verde.
- Se necesita unas cinco veces más electricidad para calentar una casa con hidrógeno que para calentar la misma casa con una bomba de calor eficiente, ya sea individualmente o como parte de una red de calefacción urbana.
Producción y consumo local en los valles del hidrógeno
A nivel europeo se ha hablado de los llamados valles de hidrógeno. Son zonas concretas con una importante producción y uso local de hidrógeno, que se transporta en distancias cortas. En estas zonas, en las que se están construyendo infraestructuras de hidrógeno para suministrar hidrógeno a usos industriales, por ejemplo, la calefacción con hidrógeno podría ser una opción más viable. Hasta ahora, sin embargo, no hay pruebas suficientes al respecto.
¿Cuál es, entonces, el futuro del hidrógeno verde?
El hidrógeno es esencial en aplicaciones como la producción de fertilizantes, sustitución de combustibles fósiles en procesos industriales y almacenamiento de energía a largo plazo. Dado que estas aplicaciones requieren mucha cantidad de hidrógeno, es más sensato centrar los esfuerzos en el desarrollo de tecnologías de calefacción ya existentes en lugar de esperar la disponibilidad generalizada del hidrógeno en el futuro.
Además, el debate sobre el hidrógeno para calefacción puede retrasar el desarrollo de tecnologías alternativas de calefacción limpia ya disponibles. Por tanto, es necesario centrarse en el desarrollo de tecnologías actuales para reducir las emisiones de carbono, en lugar de anticipar la disponibilidad generalizada del hidrógeno en el futuro.