Los suministros de minerales críticos esenciales para las tecnologías de energía limpia, como los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas, deben acelerarse durante las próximas décadas para cumplir con los objetivos climáticos mundiales. En los próximos años, la demanda de estos materiales se multiplicará y es probable que su disponibilidad sea más escasa, por lo que sus precios pueden variar.
El informe «The Role of Critical Minerals in Clean Energy Transitions», publicado por la Agencia Internacional de la Energía, es el estudio global más completo hasta la fecha sobre la importancia de minerales críticos como el cobre, el litio, el níquel, el cobalto y los elementos de tierras raras. El informe recomienda seis áreas clave de acción para que los responsables de la formulación de políticas garanticen que los minerales críticos permitan una transición acelerada a la energía limpia en lugar de convertirse en un cuello de botella.
Fatih Birol, Director Ejecutivo de la AIE, señala: “Hoy, los datos muestran un desajuste inminente entre las ambiciones climáticas del mundo y la disponibilidad de minerales críticos, que son esenciales para hacer realidad esas ambiciones. Los desafíos no son insuperables, pero los gobiernos deben dar señales claras sobre cómo planean convertir sus compromisos climáticos en acciones. Actuando ahora y actuando juntos, pueden reducir significativamente los riesgos de volatilidad de precios e interrupciones en el suministro».
“Si no se abordan, estas vulnerabilidades potenciales podrían hacer que el progreso global hacia un futuro de energía limpia sea más lento y más costoso y, por lo tanto, obstaculizar los esfuerzos internacionales para abordar el cambio climático”.
Necesidad de suministro de minerales
El informe también pone de manifiesto que los requisitos minerales de un sistema energético impulsado por tecnologías de energía limpia difieren profundamente de uno que funciona con combustibles fósiles. Por ejemplo, un coche eléctrico típico requiere seis veces más recursos minerales que un coche convencional, y una planta eólica terrestre requiere nueve veces más recursos minerales que una planta de gas de tamaño similar.
Las perspectivas de la demanda y las vulnerabilidades de la oferta varían ampliamente según el mineral, pero las necesidades generales del sector energético en cuanto a minerales críticos podrían aumentar hasta seis veces para 2040, dependiendo de la rapidez con la que los gobiernos actúen para reducir las emisiones. No solo se trata de un aumento masivo en términos absolutos, sino que a medida que disminuyen los costes de las tecnologías, los minerales representarán una parte cada vez más importante del valor de los componentes clave, lo que hará que sus costes generales sean más vulnerables a posibles variaciones.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.