Activa desde 1969, la central nuclear suiza de Mühleberg ha sido la primera en cesar su actividad en el país. La actividad de la planta cesó el pasado viernes, pero la desactivación total no será efectiva hasta 2034.
De las cuatro plantas nucleares con las que contaba Suiza ya solo hay tres operativas. La central nuclear de Mühleberg ha sido la primera víctima del apagón nuclear en Suiza: cesó su actividad el pasado viernes.
Situada al oeste del país, la central de Mühleberg es propiedad del grupo energético BKW. Ha sido precisamente este el encargado de anunciar a través de un comunicado el cese de la actividad. «BKW está lista para la primera desactivación de una central nuclear suiza», aseguró hace unos días.
Desactivación total de la central nuclear en 2034
La desconexión de la planta se produjo a mitad del pasado viernes. Los dos botones se pulsaron a 12.30 horas y el momento fue retransmitido en directo por la televisión pública suiza SRF. Dejaba de funcionar en ese momento una de las centrales nucleares más antiguas del mundo.
Sin embargo, la desactivación total de la planta no se hará efectiva hasta 2034; será entonces cuando el lugar que ha estado ocupando la planta durante los últimos 47 años se pueda dedicar a otras funciones.
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Los trabajos de desmantelamiento de Mühleberg se iniciarán oficialmente el 6 de enero de 2020, implicarán a unos 200 trabajadores y tendrán un coste de alrededor de 1,4 millones de francos suizos (1,2 millones de euros), gran parte dirigidos a sufragar la siempre complicada gestión de los residuos.
Se calcula que un total de 6.000 toneladas de residuos serán almacenadas bajo tierra, en depósitos geológicos profundos, mientras que las 200.000 toneladas restantes habrán de ser recicladas o eliminadas. La parte combustible del núcleo del reactor, uno de los elementos más sensibles en este proceso de desmantelamiento, será transferido a un tanque de enfriamiento donde permanecerá varios años para que la radiación pueda reducirse.
«Es realmente un día histórico», subrayó esta semana la ministra de Medioambiente y Energía, Simonetta Sommaruga, en la televisión suiza pública RTS.
«Con la interrupción de la central nuclear de Mühleberg, se ven las posibilidades que esto ofrece para la energía hidráulica y la energía solar», precisó.
Apagón nuclear aprobado en 2011
Tras el desastre de Fukushima, los suizos validaron por referéndum el 21 de mayo de 2011 una salida progresiva de la energía nuclear.
Para entonces, un tercio del suministro eléctrico nacional procedía de las centrales nucleares. El voto se centró en negar la construcción de nuevas centrales. La ya existentes (cuatro en total) podrán seguir funcionando mientras se ajusten las normas de seguridad requeridas.
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Con el cierre nuclear de Mühleberg, Suiza mantiene todavía tres centrales de este tipo, con cuatro reactores: Beznau (la más antigua, con 50 años en servicio), Gösgen y Leibstadt, todas en el centro-norte del país.
«El futuro energético de Suiza no está muy claro, porque la energía nuclear representa todavía el 40 por ciento de sus necesidades, y ahora la cuestión es cómo reemplazarla», ha dicho la consejera ejecutiva de BKW, Suzanne Thoma. «Una solución a la larga pueden ser las centrales solares, pero es seguro que tendremos que importar energía de otros países», asegura.
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Foto de portada: Wikipedia
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.