A pocos días de la celebración del IV Congreso Eólico Español, a Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), le inquietan dos temas fundamentales: La clarificación de la rentabilidad razonable que afecta a la mayoría de los parques instalados, y disponer de una planificación energética con un calendario de subastas que permita una línea estable a medio plazo.
Los incentivos basados en la rentabilidad razonable, que tanto afectan a las instalaciones más antiguas, son a corto plazo el gran caballo de batalla que maneja AEE. Desde el punto de vista de la asociación, los cambios deberían producirse mediante un Proyecto de Ley, mientras que el Ministerio saliente interpretaba que podían ser modificados mediante una revisión y una orden de parámetros.
Para Márquez, estas interpretaciones generaban tensión en el sector. “Queremos clarificarlo con el objetivo de estabilizar esa rentabilidad razonable para las instalaciones existentes, que son las que ya han perdido una merma en su retribución y no tienen más capacidad de maniobra.”
“Queremos clarificarlo con el objetivo de estabilizar esa rentabilidad razonable para las instalaciones existentes, que son las que ya han perdido una merma en su retribución y no tienen más capacidad de maniobra.”
Márquez señala como positivo el establecimiento de políticas basadas en la consecución del objetivo de ahorro energético del 32,5% y un aumento en la cuota de energía renovable del 32% para 2030. “Para llegar a ese 32% tenemos que tener una senda clara de avance con una visibilidad a medio plazo para el sector renovable en general, y lo más lineal posible”.
AEE plantea una senda de crecimiento de 1.200 MW/año desde 2020 a 2030 que suponen unos 40GW de potencia eólica en 2030 (23GW actualmente). “Creemos que es viable tecnológica e industrialmente, pero deberíamos tener la seguridad de que las decisiones que se tomen ahora no vayan a ser modificadas en el medio plazo”.
“Creemos que es viable tecnológica e industrialmente, pero deberíamos tener la seguridad de que las decisiones que se tomen ahora no vayan a ser modificadas en el medio plazo”.
Y no le falta razón a Márquez al temer cambios regulatorios que son el día a día de la industria renovable en general. Desde AEE, el sector eólico ve con optimismo los primeros pasos del nuevo gabinete, que tendrá que abordar un escenario de fuerzas políticas diversas y será necesario mucho diálogo.
Mantenimiento del tejido empresarial
El sector eólico español ha sido el primero en desarrollar la energía renovable en nuestro país y alardea de haber mantenido durante la crisis, buena parte del tejido industrial creado para su desarrollo. Años de poca actividad local han supuesto un reto para sus empresas que han seguido fabricando y exportando el 100% de la producción. Para Márquez esto es fruto de una buena competitividad y una gran calidad de fabricación, que ha hecho de España el tercer productor mundial de aerogeneradores y uno de los hubs más importantes del mundo en tanto que cubre toda la cadena de valor. Esto, unido a una situación geográfica privilegiada permite al sector mantener una posición competitiva con relación a hubs como China, Alemania-Dinamarca, o Estados Unidos.
No obstante, dice el director general de AEE, “es importante que se complemente con un mercado local que tenga un mínimo de actividad, que es lo que genera la mejora de la competitividad.”
La tecnología eólica depende de un combustible llamado viento y por tanto es más compleja de gestionar que la que está basada en los fósiles. El crecimiento exponencial de la energía renovable hará que esas otras tecnologías pierdan protagonismo en el mix energético en los próximos años.
Para Márquez esto no debe afectar la excelencia en la calidad del sistema eléctrico español, y por eso la eólica trabaja en el desarrollo de sistemas de almacenamiento y de hibridación con otras tecnologías para garantizar una potencia firme renovable.
La eólica trabaja en el desarrollo de sistemas de almacenamiento y de hibridación con otras tecnologías para garantizar una potencia firme renovable.
“De los 23GW eólicos instalados ya tenemos 10GW certificados para la participación en servicios de ajuste, sobre todo en gestión de desvíos y regulación terciaria y evidentemente tiene que ir mejorando para garantizar esa potencia firme renovable. Nos gustaría que por parte del operador de red y del gestor público se asumiera que es una obligación, y que todas las políticas tienen que estar encaminadas a poner soluciones para conseguir ese objetivo.
Las subastas
AEE está de acuerdo en que un sector clave como la energía tiene que estar mínimamente orientado por el gobierno para que le permita avanzar hacia los objetivos que tiene que cumplir y por tanto diseñar una regulación en consecuencia. Las subastas pues, son herramientas que según Márquez, son adecuadas pero que su diseño es mejorable.
“Estamos a favor de las subastas pero con diseños más sencillos, separación tecnológica, y que no se subaste un incentivo a la inversión sino que se subaste un incentivo a la producción, que es lo que se debe premiar. Y por supuesto con planificación: querríamos saber qué vamos a hacer en 2020, como en Alemania donde cuentan con un calendario de subastas.”
“Estamos a favor de las subastas pero con diseños más sencillos, separación tecnológica, y que no se subaste un incentivo a la inversión sino que se subaste un incentivo a la producción»
Problemática de las subastas
Para AEE, no es lógico presentar paquetes de potencia agregados que se van llenando de proyectos a lo largo de seis meses, sino presentar proyectos concretos que sean evaluados previamente y precalificados para saber si son seguros. Además según nos contaba Márquez, como las empresas adjudicadas podían identificar un 50% más de proyectos de los realmente adjudicados, esto da pie a múltiples combinaciones, que por un lado permiten llegar en tiempo con el proyecto más avanzado, y por otro incluso ceder la adjudicación a un tercero que no se presentó a la subasta.
Régimen retributivo
Otra de las cuestiones mejorables que introdujo el diseño de la subasta es que motivó una presentación masiva de ofertas al máximo descuento, obteniendo un macro empate. A la hora de desempatar se priorizó aquella tecnología que más energía producía por año y por MW instalado. Así, en la primera subasta el floor teórico se quedó en el entorno de los 40 euros y en la segunda subasta alrededor de los 33 euros megavatio hora. Es decir, se obtuvieron dos condiciones retributivas sumamente diferentes, distando únicamente 2 meses entre una adjudicación y otra para un mismo bien subastado, la producción de energía.
Dos opciones
La realidad actual, que ha pasado de la política de incentivos a la asignación de capacidades de financiación, ha hecho que surjan nuevos actores en el mercado de las renovables en España, como los fondos de inversión.
Algunas empresas ven más favorable a sus intereses el mecanismo de subastas, que les permite constituir un aval con un coste financiero, tener un deadline (2020) y tener un floor (precio mínimo fijado por el estado si el precio del mercado baja de un determinado nivel).
Otras prefieren ir directamente a un banco teniendo en cuenta un escenario de precios de futuro y solicitar un tanto por ciento de apalancamiento, conseguir un inversor privado con fondos propios y montar un parque con unos productos de cobertura que garanticen que no baje de un precio mínimo de mercado. Según Márquez, ya se están instalando parques eólicos fuera de las subastas que entrarán en funcionamiento en los próximos dos años.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.