La multinacional Shell anunció ayer su intención de retirar su participación en todos los hidrocarburos rusos, incluidos el petróleo crudo, los productos derivados del petróleo, el gas y el gas natural licuado (GNL) de manera gradual, en línea con el anuncio del Gobierno británico de prohibir la importación de petróleo ruso. La compañía anunció el pasado 2 de marzo su decisión de salir de las empresas conjuntas en las que participa junto a Gazprom y poner fin a su participación el proyecto del oleoducto Nord Stream 2
Ben Van Beurden, director ejecutivo de Shell, ha declarado: «Somos muy conscientes de que nuestra decisión de la semana pasada de comprar un cargamento de petróleo crudo ruso para ser refinado en productos como la gasolina y el diesel, a pesar de que se hizo con la seguridad de los suministros a la vanguardia de nuestro pensamiento, no fue la correcta y lo sentimos. Como ya hemos dicho, comprometeremos las ganancias de las cantidades limitadas y restantes de petróleo ruso que procesaremos a un fondo dedicado. Trabajaremos con socios de ayuda y agencias humanitarias en los próximos días y semanas para determinar dónde están mejor ubicados los fondos de este fondo para aliviar las terribles consecuencias que esta guerra está teniendo en el pueblo de Ucrania».
«Nuestras acciones hasta la fecha han sido guiadas por discusiones continuas con los gobiernos sobre la necesidad de desenredar a la sociedad de los flujos de energía rusos, manteniendo al mismo tiempo los suministros de energía. Las amenazas actuales de detener los flujos de gasoductos hacia Europa ilustran aún más las difíciles decisiones y las posibles consecuencias a las que nos enfrentamos al intentar hacerlo.»
Acciones que llevará a cabo Shell
En primer lugar, la compañía anunció que dejará de comprar petróleo crudo ruso en el mercado spot con efecto inmediato y no renovará los contratos a plazo.
Del mismo modo, en estrecha consulta con los gobiernos, la compañía está cambiando su cadena de suministro de petróleo crudo para eliminar los volúmenes rusos. Shell realizará esta acción de la forma más rápida posible, pero la ubicación física y la disponibilidad de alternativas significan que esto podría tardar semanas en completarse y conducirá a un rendimiento reducido en algunas de sus refinerías.
Otra de las medidas será cerrar sus estaciones de servicio, combustibles de aviación y operaciones de lubricantes en Rusia. Aunque han informado de que considerarán la forma más segura de llevar a cabo esta acción el proceso comenzará de inmediato.
Por último, la compañía se retirará gradualmente de los productos petrolíferos rusos, el gas por tubería y el GNL. Cambiar esta parte del sistema energético requerirá una acción concertada por parte de los gobiernos, los proveedores de energía y los clientes, y una transición a otros suministros de energía llevará mucho más tiempo.
Van Beurden concluyó: «Estos desafíos sociales ponen de relieve el dilema entre presionar al gobierno ruso por sus atrocidades en Ucrania y garantizar un suministro de energía estable y seguro en toda Europa. Pero en última instancia, corresponde a los gobiernos decidir sobre las compensaciones increíblemente difíciles que deben hacerse durante la guerra en Ucrania. Continuaremos trabajando con ellos para ayudar a gestionar los posibles impactos en la seguridad del suministro de energía, particularmente en Europa».
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.