El Parlamento Europeo
ha adoptado el texto de la nueva Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPDB). La Asociación Española del Gas, Sedigas, explica que la directiva ni prohíbe ni limita el uso de calderas de gas. Añaden que el carácter renovable de los sistemas de calefacción no debe estar determinado por la tecnología empleada. Debe estarlo por la naturaleza del combustible utilizado.
Señalan desde la asociación que dicha directiva abre la puerta a la diferenciación entre tipos de combustibles y tecnologías aplicadas en la calefacción de viviendas, oficinas y espacios comerciales.
Sedigas reitera la necesidad de contar con el sector gasista español para lograr la descarbonización de la demanda térmica residencial. Además, aclaran que la directiva sólo contempla:
“La necesidad de reducir progresivamente el uso de combustibles de origen fósil en la climatización de los edificios hasta su sustitución en el horizonte temporal de 2040.
A partir del 1 de enero de 2025, se limitarán las ayudas directas o subvenciones para la adquisición o renovación de tecnologías que emplean combustibles fósiles en los edificios de viviendas, con la excepción de aquellas adjudicadas antes de 2025.
En ningún caso limita, mucho menos prohíbe, la instalación de estas tecnologías cuando estén preparadas para utilizar energías renovables como el biometano o el hidrógeno renovable, ambos gases renovables».
Sedigas, tecnología y combustible
Además, señalan que si se produjera una eventual prohibición de esta tecnología, tendría un efecto adverso en la transición energética. Las limitaciones financieras de los hogares y las técnicas de las viviendas impedirían el acceso a otras opciones de calefacción.
Desde Sedigas instan a autoridades nacionales y europeas a fomentar el uso de diferentes tecnologías que ayuden a la descarbonización. Y añaden:
“La transición hacia una economía baja en carbono y el acceso a opciones de calefacción sostenibles deben ser inclusivas, considerando la diversidad del parque de viviendas existente en Europa y, más concretamente en España. De igual manera, debe protegerse el derecho de los consumidores a elegir el vector energético que mejor satisfaga sus necesidades”.
Destaca la asociación el papel activo del sistema gasista español en la descarbonización de la demanda térmica de los hogares. Entre los sistemas, la sustitución de sistemas tradicionales de calefacción por calderas de condensación de alta eficiencia.
Las calderas de condensación de alta eficiencia son un 25% más eficientes y emiten un 35% menos de CO2. Y señalan al respecto:
“La promoción de la sustitución de calderas atmosféricas por esta tecnología, combinada con la promoción del desarrollo de los gases renovables se posiciona como la alternativa más económicamente eficiente y con mayor probabilidad de éxito para la descarbonización de los hogares en nuestro país”.
Además, el carácter renovable de los sistemas de calefacción no depende de la tecnología empleada sino del combustible que alimente. Sedigas subraya la importancia de reconocer los gases renovables, como el biometano. Son soluciones viables y de cero emisiones para alimentar aquellas tecnologías que contribuyan a la descarbonización energética de los hogares.
Calderas
La asociación también insiste en que las calderas instaladas actualmente en la mayoría de hogares son compatibles con gases renovables. Es el caso del biometano y del hidrógeno verde, ya que las calderas admiten hasta un 20% de mezcla.
Asimismo, señalan que la sustitución de las calderas por bombas de calor podría suponer el 50% de la renta media anual de un hogar español, según un informe de Arthur D. Little. Además, el reemplazo de las calderas supondría un coste nacional de más de 201.000 M€. Eso es el equivalente a 15 veces lo necesario para su reemplazo por otras de mayor eficiencia.
La propia asociación añade:
“España debe ser consciente de su particular realidad de vivienda y población y plantear soluciones pragmáticas y realistas, adaptadas también a su potencial para la generación de gases renovables a la hora de adecuar esta y otras normativas. Las características de España, donde alrededor del 70% de las viviendas se encuentran en edificios y ocupan una superficie inferior a los 105 m2, hacen que sea aconsejable la adopción de esta tecnología y no otras alternativas electrificadas.
De hecho, en más de 3,9 millones de viviendas el despliegue de alternativas electrificadas, como pueden ser las bombas de calor, es técnicamente imposible y en más de 5 millones resultaría complicado e incómodo para el usuario realizar ese cambio, suponiendo además la existencia de una red eléctrica que sea capaz de dar servicio a esta enorme demanda adicional”.
Además, el 30% emplea gas natural para la calefacción. Donde hay una infraestructura de gas en operación, se pueden aprovechar las instalaciones existentes para su utilización con gases renovables. Las calderas de condensación de alta eficiencia se pueden instalar en el mismo espacio de los antiguos equipos.
Sedigas señala los gases renovables
A corto plazo, los gases de origen renovable, especialmente el biometano, suponen una alternativa sostenible totalmente viable. Especialmente en contextos donde otras tecnologías pueden resultar inviables o menos efectivas. Su fase de desarrollo ya está madura, aportan una producción continua, flexible y estable, y ofrecen una elevada disponibilidad de almacenamiento, transporte y distribución.
El biometano es, dice Sedigas, una de las mejores alternativas para la descarbonización de la demanda térmica residencial europea. No requiere ningún tipo de adaptación de la infraestructura gasista, del transporte ni de distribución hasta los hogares. Y es 100% compatible con los equipos de calefacción a gas instalados. Al respecto, indican:
“Esto permitiría, por ejemplo, una completa y acelerada descarbonización de la totalidad de los consumos energéticos asociados a la calefacción y agua caliente sanitaria de los hogares de nuestro país sin necesidad de realizar millonarias inversiones de adecuación”.
Y, finalmente:
“Además, España es líder en potencial de producción de este gas renovable, según el informeEstudio de la capacidad de producción de biometano en España, elaborado por Sedigas, el cual cuantifica la capacidad de producción de España en 163 TWh/año, una cifra que permitiría cubrir en torno al 50% de la demanda nacional de gas natural (con datos actualizados a cierre 2023). Atendiendo a las estimaciones del potencial reconocido por la propia Comisión Europea (~47 TWh/año), sería posible abastecer y descarbonizar la casi totalidad de los hogares en España en el horizonte 2030”.
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela
Impresionante lo de SEDIGAS. Todo lo que no sea GAS es demonizado, porque…la pela es la pela. Actualmente el mundo se está orientando hacia la utilización de bio-combustibles o combustibles sintéticos, para automóviles-aviación-transporte marítimo…y por supuesto calefacción.