Con la entrada del nuevo año, España celebra el 30 aniversario de su adhesión a la Comunidad Económica Europea (CEE), la actual UE. La entrada de España y Portugal significó la tercera ampliación de la Unión Europea. Una transformación profunda que nos ha permitido progresar en muchos aspectos pero ¿cómo se ha vivido en el sector energético? Pues con más sombras que luces.
En el aspecto económico, desde mediados de los ochenta, España ha vivido una transformación profunda y sin precedentes de su estructura socio-económica. La integración en la Unión Europea ha contribuido de forma significativa a este cambio. El producto interior bruto (PIB) de España ha doblado (en precios de mercado) desde la entrada en la UE pasando de 461.394,8 millones de 1985 -antes de la adhesión- y los 476.400 millones en 1986 -año en que España entró en la UE – a los 921.700 millones en 2013.
España también ha recortado distancia con respecto al resto de integrantes de la UE en cuanto al PIB. Entró en la UE con un PIB equivalente al 72% de la media de la UE y el 2014 se situaba en el 94%.
30 años en el sector energético
Mientras que la economía ha tenido una evolución ascendente y progresiva, en el sector energético no queda tan claro. En los últimos 30 años, España ha tenido más de una decena de planes energéticos, porque casi cada tres años ha aparecido uno nuevo, diferente del anterior, más aún si coincidía con cambio de partido político en el poder, pero ninguno ha conseguido que dejáramos de ser uno de los países europeos más dependientes de los combustibles fósiles.
Mucho tiene que ver con que el 90% del transporte español transcurre por carretera. Este desequilibrio se justifica “por la ineficacia del tránsito ferroviario de mercancías y por la falta de vías navegables en nuestro país”, explican en la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP).
Y eso que en los años 70, España aprobó planes energéticos basados en la energía nuclear para reducir esta excesiva dependencia. Sin embargo, en 1982, el primer Gobierno de Felipe González frenó la industria. Estableció una moratoria nuclear paralizando la construcción de nuevas centrales y se viró hacia el carbón nacional como sustituto del petróleo.
Primero fue la nuclear, después el carbón… Pero como en 1993, una directiva europea de la entonces Comunidad Económica Europea del Carbón y del Acero (CECA) restringió las ayudas a esta materia prima, se miró con ojos golosos al gas natural. En 1997 entra en funcionamiento el gasoducto del Magreb y en diez años el gas se desarrolla tanto, que hoy sobra en exceso.
Llega el s.XXI y las renovables
Entre 2001 y 2010 se presentan varios planes energéticos nacionales que siguen apostando por el gas (ha representado el 33% en la generación eléctrica) pero las energías renovables empiezan a ser protagonistas.
El Plan de Fomento de las Energías Renovables (2000-2010), el Plan de Energías Renovables (2005-2010) y el aún vigente Plan de Acción de Energías Renovables (2011-2020), buscaban potenciar el ahorro y la eficiencia, fijando para ello unas generosas primas para el uso e instalación de las renovables. Pero con la crisis y los ajustes, en 2013, el Gobierno actual en funciones, corta el grifo y baja excesivamente las retribuciones.
Una decisión que provoca un aluvión de denuncias de compañías internacionales pero que la sufren sobre todo los pequeños ahorradores que en su día invirtieron en esta industria y que ahora, el carácter retroactivo de la norma, les deja en la más completa ruina.
Liberalización del mercado eléctrico
En estos 30 años también se ha vivido la liberalización del mercado eléctrico. Fue en 1997, durante el primer Gobierno de José María Aznar. Algunos expertos dicen que fue un intento de liberalización que en la práctica no fue tal, porque las grandes eléctricas son las que ha salido ganando y no los consumidores, que han visto como solo en los últimos diez años la factura de la luz ha subido casi un 80%, convirtiéndola en una de las más caras de Europa.
La luz muy cara, las renovables con el hacha de guerra levantada, una dependencia energética que sigue siendo igual de alta que hace 30 años… La gestión política en este sector no parece haber dado buenos frutos. Probablemente porque se ha hecho siempre desde la miopía de los cuatro años de Legislatura.
Toca ahora cambiar el chip y comenzar a trazar una hoja de ruta a largo plazo y a ser posible, con el consenso de todos los partidos políticos.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.