En una tribuna que publica EFE, Teresa Ribera, vicepresidenta tercera, ha pedido que se acelere la “transición energética para reducir nuestra dependencia del gas y la exposición a la volatilidad de los mercados internacionales”. Y “para evitar seguir drenando recursos que deberían destinarse a: facilitar socialmente la transición, potenciar la innovación y acelerar las inversiones en transición energética incluidos renovables, almacenamiento, digitalización o eficiencia”.
En dicha tribuna, Ribera habla de la “mayor crisis de salud en un siglo” que hemos vivido y que conlleva graves consecuencias sociales y económicas. En su opinión, vivimos “las turbulencias asociadas a una fuerte recuperación y el consiguiente incremento de la demanda de materias primas”.
Además, añade, que:
“En el ojo del huracán está el gas, que experimenta un relevante aumento de precios debido: por un lado, a una mayor demanda en países asiáticos, con especial énfasis en China, y, por otro, a las tensiones crecientes con Rusia”.
Los problemas de precios y la dependencia del gas
Ribera señala que la «escalada sin precedentes» del precio de la electricidad es consecuencia directa del precio del gas en el mercado eléctrico. Además, lo desvincula de la transición energética y de las energías renovables y lo vincula, directamente, al “diseño regulatorio de dicho mercado”.
Considera que “el incremento del precio del gas natural, es de por sí, un gran problema económico”.
Las tres premisas que explicaban los altos precios del gas han demostrado estar equivocadas, indica:
- La situación “coyuntural” pronosticada para el precio del gas se alarga en el tiempo y, al respecto, asegura: “probablemente pueda mantenerse todavía bastante tiempo, a tenor de la fuerte demanda y el contexto geopolítico”.
- La necesidad de mantener la estabilidad del marco regulatorio para los operadores del mercado. En cuanto a esto, la vicepresidenta señala: “con un diferencial tan alto entre coste real y precio pagado, cabe peguntarse si estos precios formaban parte de las expectativas razonables que hubieran podido estar manejando los operadores”.
- Las no acertadas propuestas de la Comisión. Para ello, explica que la institución está: “centrada en trasladar los costes desde el bolsillo de los consumidores al de los contribuyentes». Asegura que estas propuestas tienen dos riesgos: la tensión social y económica y la desigualdad en la respuesta de los Estados Miembro. El primero “representa una disminución de recursos disponibles”; en cuanto al segundo, ”el volumen de gasto depende de la capacidad presupuestaria y fiscal de cada uno de ellos”.
Respuestas necesarias, según Ribera
Todo el problema ha provocado “una situación muy complicada para consumidores e industria que tiene consecuencias económicas para la UE«. Las medidas de protección a los consumidores que han destinado los Estados Miembros hasta enero 2022 se adquieren “magnitudes similares a las de los planes de estímulo y recuperación económica”.
En consecuencia, añade:
“Es fundamental utilizar los medios públicos de que disponemos con inteligencia; y acompañar el despliegue renovable acelerando la apuesta por la innovación y la investigación de nuevas tecnologías”.
Entre ellas, el almacenamiento, que: “deberá ser el respaldo (backup) de las renovables”.
Por tanto, aconseja:
“La UE debería afrontar este contexto con medidas temporales y excepcionales que limiten el efecto contagio del precio del gas sobre el de la electricidad”.
El gas, señala Ribera, debe retribuirse a su coste:
“Desligándolo del mecanismo de casación de precios y evitando que perjudique a mercados con alta penetración de tecnologías limpias de bajo coste operativo como son las energías renovables”.
Además, apuesta por un debate amplio, con todos los actores, para actualizar la regulación de los 90, adaptándola a los desafíos actuales.
Hasta que llegue ese momento, indica: “mantendremos el apoyo fiscal a los consumidores y el esfuerzo por acelerar la transición desde lo micro, desde lo local”.
Su apuesta pasa por:
“Favorecer el autoconsumo creando nuevas comunidades energéticas locales; reduciendo las facturas de los consumidores; desarrollando microplantas que favorezcan la participación social; o apostando por la eficiencia«.
Así, termina, se podrá asegurar “el acceso a los beneficios de la transición energética por parte de todos”.
Fuente: La tribuna se ha publicado en EFE:VERDE, Euroefe, Euractiv.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela
Contruir mas centrales nucleares de fision cuando todavia es posible obtener mas energia renovable en el gran Amazonas a mi no me crean,creanlo a los alemanes quienes construyeron una turbina hidraulica en uno de los miles de afluentes navegables del gran Amazonas para exportar » hidrogeno verde» .¿Cuantos miles de toneladas se pueden exportar del gran Amazonas?