Según un informe conjunto de Bloomber NEF y Acciona, las renovables generarán el 68% de la electricidad en España en 2030. Además, serán, precisamente, las energías solar y eólica las que impulsarán la descarbonización del sector eléctrico español. Los nuevos mecanismos de flexibilidad, como el almacenamiento y la carga inteligente de vehículos eléctricos, serán esenciales en el proceso.El informe
lo han elaborado entre ACCIONA y Bloomberg New Energy Finance (BNEF) y se presenta en la Cumbre del Clima en Madrid (COP25).
Los datos con respecto a las renovables son destacables:
Las energías eólica y solar proporcionarán el 51% de la generación eléctrica en España (33% y 18% respectivamente) en 2030, frente al 25% de 2018. Para 2050, estas dos tecnologías generarán el 75% de la electricidad en el país.
La COP25 incide precisamente en las acciones necesarias para reducir emisiones y evitar el calentamiento global. Las energías renovables tienen un papel fundamental para mantener la subida de la temperatura global por encima de 2 grados centígrados.
Objetivos para la electricidad en España
España tiene unos objetivos de descarbonización de su sistema eléctrico muy ambiciosos. Sin embargo, para lograrlos será necesaria la implantación de tecnologías que ayuden a equilibrar oferta y demanda a medida que se vayan incorporando más energías renovables a la red.
Nuestro país es un gran mercado con abundantes recursos eólicos y solares y relativamente poca interconexión con los países vecinos. Pero tendrá que construir un sistema eléctrico con suficiente flexibilidad para cubrir las necesidades futuras de un sistema bajo en carbono.
Hemos hablado otras veces de previsiones del mix energético, en relación con energías eólica y solar.
El informe de Acciona-BNEF analizó diferentes tecnologías que podrían proporcionar esta flexibilidad. Así, baterías de almacenamiento, cargadores inteligentes para vehículos eléctricos que funcionan cuando la demanda de otros consumidores es baja, interconectores a otros países o gas. El informe examina la combinación óptima de estos elementos a medida que la red española adopta volúmenes crecientes de energía solar y eólica.
Conclusiones
Una de las primeras conclusiones se basa en las nuevas tecnologías de flexibilidad. Tienen la ventaja de integrar mayores volúmenes de generación renovable y de desplazar la capacidad de respaldo fósil. Eso reduce la factura de importación de energía en España y disminuye las emisiones. Sin estas nuevas fuentes de flexibilidad, el sistema será más costoso. Como ejemplo una mayor dependencia del gas para conseguir flexibilidad conllevaría un incremento de coste del sistema, mayores emisiones y nivel de capacidad de respaldo.
La carga flexible de vehículos eléctricos también contribuirá a la electrificación del transporte a un menor coste, según el informe. El gasto adicional del transporte eléctrico, en términos de capacidad de generación y producción de electricidad, podría reducirse a la mitad con la carga flexible. Las reducciones de emisiones por ahorros de gasolina y diésel compensan con creces esos costes adicionales, que serían más bajos con mayor flexibilidad de carga.
Asimismo, los desarrollos de almacenamiento de baterías podrían conducir a un sistema más barato y limpio. No obstante, aún se necesitará algo de capacidad fósil. Si los costes de almacenamiento caen de manera más dinámica que en el escenario base, el sistema podría ver un 13% menos de capacidad de reserva de gas. Eso generaría un 12% menos de emisiones para 2050.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela