Las renovables son imprescindibles para afrontar la emergencia climática, pero son también mucho más, y APPA Renovables se ha empeñado en demostrarlo con cifras en otra edición de su Estudio Macro, como viene haciendo desde hace doce años. Como dijo durante la presentación del documento ayer en Madrid su presidente, José Miguel Villarig, las renovables -que supusieron el 15,1% de la energía final en España en 2018 y generaron el 38,1% de nuestra electricidad- son una herramienta fundamental para evitar el cambio climático pero también para disminuir la dependencia energética de nuestro país.
De hecho, sin renovables España habría gastado 8.547 millones de euros más en la importación de 20.732.240 toneladas equivalentes de petróleo (tep) de combustibles fósiles en 2018. A esta cantidad hay que añadir los 899 millones de euros que nuestro país tampoco tuvo que pagar en concepto de derechos de emisión ya que las renovables también evitaron la emisión de 56.659.226 toneladas de CO2.
Si no hubiéramos tenido renovables en nuestro mix de generación eléctrica, el precio medio del mercado en 2018 habría sido de 75,96 €/MWh en lugar de los 57,29 €/MWh que se pagaron
Ya está demostrado que las renovables abaratan el precio. En el mercado eléctrico diario, el año pasado lo hicieron en 4.735 millones de euros. Es decir, que consiguieron un ahorro medio de 18,67 euros por cada MWh adquirido. «Si no hubiéramos tenido renovables en nuestro mix de generación eléctrica, el precio medio del mercado en 2018 habría sido de 75,96 €/MWh en lugar de los 57,29 €/MWh que se pagaron», afirma tajante el estudio.
Contada la cara de la moneda, vamos con la cruz. En primer lugar, en 2018 sólo se instalaron 370 MW de potencia renovable. A día de hoy, de los 8.800 MW adjudicados en las subastas realizadas en los años 2016 y 2017, repartidos casi a partes iguales entre eólica y fotovoltaica prácticamente, sólo se han instalado alrededor de 550 para la primera y casi 1.500 en el caso de la segunda. En segundo lugar, «nos hemos alejado del objetivo marcado para renovables en 2020», señaló el director general de APPA Renovables, José María González Moya. Y así lo refleja el estudio, en el caso de la energía final bruta, medida de referencia para el cumplimiento de los objetivos del 20% a 2020, se ha experimentado un leve retroceso situándose el porcentaje procedente de energía renovable en el 17,3%. Además, González Moya explicó que tampoco la electrificación de la demanda, fundamental para combatir el cambio climático, ha aumentado lo suficiente.
A día de hoy, de los 8.800 MW adjudicados en las subastas realizadas en los años 2016 y 2017, repartidos casi a partes iguales entre eólica y fotovoltaica prácticamente, sólo se han instalado alrededor de 550 para la primera y casi 1.500 en el caso de la segunda.
A pesar de todo, desde la Asociación son optimistas. Aunque la potencia instalada no ha experimentado
gran variación en los últimos años, sí se ha observado la reactivación de proyectos -por la celebración de las subastas y la competitividad de ciertas tecnologías- y el sector creció en 2018 un 10,7% en términos reales. Además: aportó 10.521 millones de euros al PIB nacional; empleó a 81.924 trabajadores y marcó un nuevo récord de exportaciones (4.769 millones de euros).
Entre los numerosos datos que aporta el estudio, llaman la atención los buenos números experimentados por los biocarburantes: el consumo de biodiésel experimentó un incremento del 42,4% y el de bioetanol un 12,7% durante el año 2018.