Siempre habrá algo o alguien que te sorprenda cuando pienses que todo está inventado. En este caso, la sorpresa llega de América donde ponen a prueba una novedosa tecnología que permite recolectar energía solar en el espacio para, después, mandarla a la Tierra.
En teoría, el proyecto que desarrollan las fuerzas aéreas estadounidenses es de sencilla (no barata) aplicación y resultados. De funcionar, podría ser una ayuda complementaria a quienes buscan soluciones para almacenar energía solar cuando no luce el sol.
Se trata de una red de satélites aéreos que desplegados por el espacio se encargarían de captar energía solar para luego enviarla a la Tierra donde sería recepcionada por paneles solares gigantescos.
El proyecto plantea dudas, entre otras, si los satélites serán capaces de mantener una temperatura estable tras absorber cantidades tan grandes de energía solar
La energía solar captada por los satélites se enviaría la Tierra convertida en ondas de radio. Después, la energía recolectada se utilizaría para alimentar bases militares ubicadas en lugares remotos en los que carezcan de fuentes de energía estables.
Suena bien, ¿verdad?
Un proyecto valorado en 100 millones de dólares
El proyecto estadounidense se llevará a cabo tras la asociación del contratista de defensa Northrop Grumman y el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea. Para los trabajos cuentan con un presupuesto de financiación de 100 millones de dólares.
En realidad, la idea de recolectar energía solar en el espacio para enviarla a la Tierra no es nueva.
Una red de satélites solares recoge la energía en espacio y la manda a la tierra en forma de ondas para que sea recepcionada por paneles solares gigantescos
Uno de los responsables del proyecto ha explicado que la idea se valoró por primera vez en 1960, pero entonces «no era rentable». Se trata ahora de ver si con las nuevas tecnologías la idea resulta rentable. Si lo es, valorarían aplicaciones más allá de lo militar.
Cómo se obtiene energía solar en el espacio
El proyecto, llamado de manera oficial Space Solar Power Incremental Demonstration and Research, se basa en el trabajo conjunto de una red de satélites solares repartidos por el espacio y un grupo de paneles solares de 10.000 metros cuadrados (aproximadamente el tamaño de dos campos de fútbol) en la Tierra.
Como punto de partida, los paneles solares se colocarán en lugares donde la energía solar es abundante, como Nuevo México; desde aquí se almacenará y enviará a regiones con menos exposición al sol.
En e proyecto está en una primera fase para valorar su viabilidad. En este momento los dos grandes obstáculos están en los satélites que deben demostrar que son capaces de mantener una temperatura estable mientras absorben cantidades tan grandes de energía solar. Su mantenimiento a tan larga distancia y durante tanto tiempo es otra de las dudas que plantea el proyecto.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.