En los últimos años vemos imágenes en televisión de auténticos vertederos de plástico en nuestros mares y océanos que están acabando con el ecosistema marino y envenenando nuestros recursos. La contribución de todos para el correcto reciclado de los plásticos se antoja fundamental. Urbaser, una de las empresas más importantes en la recogida y tratamiento de residuos nos explica a lo largo de esta entrevista qué se hace con los plásticos que separamos en La Bolsa amarilla.
El plástico está inundando nuestros mares ¿Qué soluciones existen para un correcto reciclado?
El reciclaje está condicionado por la calidad y la composición del plástico, y no siempre se puede conseguir con los envases ya que hay muchos tipos distintos. Hoy en día hay dos tipos de plásticos pos-consumo (los que proceden del consumo ciudadano) fácilmente reciclables: el polietileno de alta densidad (botella de champú, de lejía, etc.) y sobre todo, las botellas de PET (agua mineral principalmente).
Según Ignacio Sanz, responsable de Procesos Energéticos de Urbaser, el resto de plásticos son difícilmente reciclables porque su coste de reciclado es superior al precio del plástico virgen.
Para dar una solución tiene que haber una colaboración completa del círculo de reciclaje: Fabricante del plástico, fabricante del envase, distribuidor, usuario que lo separa, y empresa de separación y recicladores.
Nos comenta Sanz que la tecnología de las plantas de tratamiento utiliza el infrarrojo cercano, es decir, la reflexión de la luz sobre los distintos envases, que le ayudan a determinar el tipo de plástico que se desea seleccionar para reciclar. Ahora se están empezando a utilizar robots con visión artificial, que pueden determinar dentro de un mismo material como el PET, si es bandeja o es botella.
¿Hasta qué punto el ciudadano está informado sobre qué debe hacer con sus envases?
Cuando se habla de plásticos la gente piensa en algo homogéneo y no es así. Hay muchos tipos de plásticos y dentro del mismo tipo, hay diversos aditivos, formulaciones y combinaciones. Eso hace que el reciclaje sea complicado. Se necesita homogeneidad para reciclar. Aunque el ciudadano no tiene que saber los diferentes tipos de plásticos que existen, sí debe estar informado de lo que se hace con su envase para poder tomar la decisión de donde depositar el residuo, ya que si el usuario separa el material en origen, el reciclado de los plásticos es mucho más efectivo en la cadena de separación final.
Si el usuario separa el material en origen, el reciclado es mucho más efectivo en la cadena de separación final.
Existe el falso mito de que el reciclaje en origen (en casa) elimina puestos de trabajo en las plantas de tratamiento
Isabel Tarín, especialista en Gestión Energética de Urbaser, nos explica que tanto si el envase se separa en origen (en casa) como si se ha de hacer después (en las plantas de tratamiento), la recuperación de materiales, siempre genera empleo. La diferencia entre separarlo en origen o no hacerlo, incide en la calidad del material recuperado. Toda la economía circular es un cambio de paradigma importante en el consumo en general, y genera empleo.
Que solución darías para que esos plásticos sean más reciclables
La principal recomendación que nos da Sanz sería la unificación de los plásticos (menos tipos de plástico), y que fueran más o menos igual (mayor homogeneidad de cara a su reciclado, por ejemplo, color). Y nos pone un ejemplo:
“Una tapa de yogur tiene siete capas de diferentes materiales. Esto no es reciclable porque tiene poco peso (economía de escala) y muchos materiales que no se pueden separar (dificultad técnica). Por tanto, no es eficiente ni medioambiental ni económicamente.”
Sanz valora el hecho de que la colaboración se tiene que dar por parte de los diferentes actores de la cadena de valor de plásticos hacia la reciclabilidad de sus materiales. En el caso del Yogur, la tapa debería estar hecha con los mismos materiales que el resto del envase.
Sin embargo, la reciclabilidad del plástico no es infinita y no todos los plásticos tienen la misma capacidad de ser reciclados, bien sea por motivos económicos – coste de material reciclado versus coste material virgen – como técnicos y medioambientales.
A este respecto, Isabel Tarín tiene claro que, hay que conseguir casar los requisitos del plástico para su uso – características mecánicas, físicas (por ejemplo, peso y resistencia), características de seguridad alimentaria y conservación, etc. – con criterios para mejor separación posterior y reciclabilidad. Se debe alcanzar una solución de compromiso que abarque el enfoque desde la producción y transformación hasta el uso y reciclaje, siempre, de acuerdo con la Directiva de Residuos, que establece que hay que tener en cuenta criterios de sostenibilidad, viabilidad técnica, económica y medioambiental.
Y ¿Qué se puede hacer con el plástico que no puede ser separado y reciclado por medios mecánicos?
Una vez que la separación y el reciclado de envases ya no es posible por los motivos que hemos expuesto anteriormente, el residuo plástico mezclado es tratado en un proceso de descomposición mediante pirólisis, un proceso de calentamiento de los materiales en el que se liberan gases, que son reutilizados en el proceso, y del que se obtiene un crudo de petróleo que utilizamos para producir detergentes, por ejemplo.
Para superar las barreras del reciclado mecánico, el camino parece ser el reciclado químico, explica Sanz. “Tenemos un centro de I+D en Zaragoza en el que estudiamos diferentes opciones de tecnologías para un mejor reciclado de los plásticos. Tenemos actualmente el proyecto ICAREPLAST, que consiste en el reciclado químico de los plásticos para conseguir detergentes o materia prima para la industria química en general. No es nuestro principal negocio, pero entendemos que la complejidad del residuo y del reciclaje necesita de empresas grandes como Urbaser, empresas que apuesten por la innovación para ir un paso por delante en la economía circular.”
¿Cuándo llegamos a la etapa de la Valorización Energética?
Nos comenta Tarín, que en primer lugar debemos evitar que se genere ese residuo, reciclar al máximo, y todo lo que no se pueda recuperar para el reciclado, usarlo para generar energía. Si en lugar de producir nuevos materiales ya sean nuevos plásticos u otras materias primas para la industria química, lo que producimos es energía, entonces, según la legislación europea, pasamos de un reciclaje a una valorización energética.
Urbaser ofrece una amplia gama de tratamiento en todos los escalones del tratamiento de residuos.
No debemos olvidar los principios de sostenibilidad y proximidad que marca la Directiva Marco de Residuos, que establece en su artículo 4 la jerarquía de residuos, es decir, las prioridades en cuanto a su gestión:
– Prevención
– Preparación para la reutilización
– Reciclado
– Otro tipo de valorización
– Eliminación
¿De qué manera se produce el biogás en los vertederos?
Si el tratamiento biológico se da en condiciones aerobias, es decir, en presencia de oxígeno, se produce un compost que se puede utilizar como fertilizante. Si el proceso es anaerobio, en ausencia de oxígeno, se produce biogás. El proceso de digestión anaerobia se produce de manera controlada en pocos días, y consigue una recuperación del 100% del biogás generado, sin emisiones a la atmósfera.
El biogás, siendo rico en metano, es diferente al Gas Natural en la composición: El Gas Natural es metano en un 99%, más pequeñas proporciones de otros gases como butano, propano, etc… Sin embargo, el biogás tiene mucho menos metano (50%-70%), siendo el resto CO2, que no tiene contenido energético y trazas de otros compuestos. Este biogás se puede quemar como tal en motores preparados para este combustible y generar energía eléctrica.
En el Parque Tecnológico de Valdemingómez existen dos instalaciones de producción de energía eléctrica:
– Las Lomas: Valorización energética de rechazos mediante combustión.
– La Galiana: Desgasificación del antiguo vertedero sellado y valorización de dicho biogás en motogeneradores.
¿Y qué otras alternativas tenemos para la valorización de ese biogás?
También se puede depurar este biogás separando el metano del CO2 (viene a ser el 50% aproximadamente). De esta depuración se obtienen dos flujos:
1/ No energético: CO2 + otros componentes
2/ Energético: biometano.
Ese biometano se puede introducir en la red gasista, ya que es intercambiable con el gas natural, y se puede usar de manera análoga: uso doméstico, ciclos combinados, etc. Este gas es considerado renovable porque procede de materia orgánica biodegradable igual que la biomasa y no contribuyen al cómputo de cuota de CO2.
El biometano es considerado renovable porque procede de materia orgánica biodegradable igual que la biomasa y no contribuyen al cómputo de cuota de CO2.
Otra fuente de gas renovable es el hidrógeno obtenido de la descomposición del metano (CH4) a través de excedentes de energía eléctrica renovable. Este hidrógeno puede almacenarse en pilas de combustible para generar de nuevo electricidad cuando lo necesite el sistema, o también podría ser inyectado en la red gasista, bien mediante su transformación a biometano o bien directamente, lo cual es objeto actualmente de análisis en el sector.
El Ayuntamiento de Madrid hace años apostó por el biometano, siendo Urbaser la adjudicataria de la construcción y puesta en marcha de una planta de enriquecimiento del biogás generado en las dos plantas de digestión anaerobia del Parque Tecnológico de Valdemingómez. Hoy en día, este biometano se inyecta en la red de Enagás.
¿Con qué nos encontramos cuando se ha completado el círculo con la valorización?
Nos encontramos con las escorias o cenizas, y el residuo del tratamiento de gases, (compuesto por sales y, en muy baja proporción, metales) que viene a ser un 3% en peso de lo que se incinera. Esto se utiliza como neutralizante de residuos peligrosos y se deposita en vertederos controlados o minas de sal donde se dan las condiciones perfectas para almacenarlos. Las escorias se utilizan como áridos que se emplean en carreteras, aunque en España como el precio del árido natural es bajo es difícil su empleo. Si es muy común en otros países como Holanda o Dinamarca, en los que no hay tanta abundancia de áridos y, además, su uso es apoyado por ley.
Estamos investigando en soluciones que pasan por el empleo de los residuos del tratamiento de gases en material constructivo. Para el reciclado de estos materiales necesitamos de las administraciones públicas que legislen en el apoyo de esas soluciones. Esta legislación pasaría, por ejemplo, por que en el concurso público para la construcción de una carretera se dieran puntos verdes por el uso de materiales reciclados, y por la proximidad de esos materiales a la obra pública. (El coste de transporte penaliza su uso).
Si colaboramos todos (productores de plásticos, fabricantes de productos plásticos, usuarios de los productos plásticos, clientes finales de esos productos y empresas de gestión y reciclaje de residuos), podremos ir hacia una economía circular. Si lo dejamos todo en manos del productor del material o del gestor de residuos, no podemos llegar a completar el círculo.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.
Buen artículo Carlos, explicas la valorización de los plásticos de forma llana y fácil de entender. Gracias
Muchas gracias. Muy amable
Información muy clara y precisa que debería divulgarse de manera masiva.
Enhorabuena.