El presente y el futuro del almacenamiento energético pasa, sin duda, por las baterías de litio. Se trata de dispositivos que, por su alta densidad energética, potencia y durabilidad, suponen la opción más viable para la electrificación de algunos sectores, como el industrial o el de automoción.
Debido a que el sector del almacenamiento energético avanza a buen paso, se van generando baterías retiradas por algunas razones como el fin de su vida útil o fallos en su funcionamiento. Es en este ámbito donde el el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), a través del proyecto EÓN, ha puesto en marcha un banco de pruebas destinado a desarrollar soluciones para este reto, ya que muchas baterías que se tratan como residuos pueden todavía volver a utilizarse.
Reacondicionamiento de baterías de litio
Según explican desde el ITE, en el caso de las baterías de litio procedentes de la movilidad eléctrica, su vida útil se limita a una pérdida del 20% de la capacidad inicial. Por ello, el reacondicionamiento de las baterías se presenta como una opción viable para alargar su vida útil.
En el comentado proceso de reacondicionamiento, una de las etapas imprescindibles es el diagnóstico de la batería, ya que conocer el estado del dispositivo permite preparar la estrategia de reparación o reemplazo de sus componentes. Este proceso se puede llevar a cabo en pocos minutos.
Así, el proyecto EÓN ha diseñado una herramienta y un procedimiento en forma de una solución tecnológica que permite acelerar en tiempo y reducir en costes el proceso de diagnóstico y de reacondicionamiento.
Juan Gilabert, investigador a cargo del proyecto, explica:
“El aspecto más destacado de este proyecto es haber desarrollado una solución que integra el diagnóstico y el reacondicionamiento eléctrico de baterías de vehículo eléctrico y movilidad ligera, obteniendo así la herramienta necesaria para definir y ejecutar el reacondicionamiento. Además, en favor de la circularidad de las baterías, se han estudiado las condiciones para el diagnóstico y reacondicionamiento y se trasladarán a los criterios de diseño de las baterías del futuro”.
Los criterios a la hora de realizar el diagnóstico
El proyecto del ITE ha establecido también una serie de criterios que deben tenerse en cuenta al realizar el diagnóstico. En primer lugar, la evaluación se lleva a cabo en tiempos equivalentes a los de la industria, con el objetivo de incrementar el volumes de baterías que se han de valorar en el futuro. Además, el diagnóstico es robusto respecto a las condiciones de entorno y cambios en los equipos de medida.
En segundo lugar, el análisis se puede implementar al pack y módulo de baterías.
Gilabert concluye:
“Sin duda, las empresas integradoras de baterías y que las reparan serán unas de las grandes beneficiadas de los resultados de este proyecto, ya que les permitirá reducir tiempos, costes y ser más competitivas también hacia los usuarios de vehículos eléctricos. La industria de los componentes auxiliares de las baterías podrá aprovecharse de los resultados de EÓN, pues conocerán aquellos aspectos de diseño que deben tenerse en cuenta de cara al reacondicionamiento”.
Perspectivas del almacenamiento energético
En su informe 2H 2023 Energy Storage Market Outlook, Bloomberg NEF asegura que el almacenamiento de energía a nivel global tendrá una tasa de crecimiento anual compuesta del 27% hasta 2030. Así, se realizarán adiciones anuales que alcanzarán los 110 GW/372 GWh, un 2,6 más que las instalaciones de gigavatios previstas para 2023.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.