La tecnología fotovoltaica ha progresado rápidamente en los últimos años hasta límites de ciencia ficción. Los avances han hecho que se reduzcan cada vez más los costes pero también que se siga investigando en nuevas ubicaciones. Una empresa española ha patentado el primer suelo fotovoltaico transitable y un estadounidense ha creado la primera carretera fotovoltaica.
Hay instalados paneles fotovoltaicos en tejados, en la verticalidad de edificios y colocados en plantas como los huertos solares. Sin embargo, hay nuevas opciones que destacan de nuevo la versatilidad de esta tecnología.
Solar Walk de Onyx Solar
La empresa de origen abulense, Onyx Solar, ha desarrollado el primer suelo fotovoltaico transitable y antideslizante del mundo. Cumple con las normativas de antideslizamiento, soporta 400 kg en las pruebas de carga puntual y su instalación es muy sencilla ya que se coloca como un suelo técnico, con plots. Todo ventajas.
Este diseño innovador se puede observar en la Universidad George Washington de Virginia (EEUU). Se trata de un camino formado por 27 baldosas antideslizantes de vidrio fotovoltaico que unen dos de los edificios del campus de ciencia y tecnología. Este suelo, ha sido bautizado como “Solar Walk” y ocupa una superficie total de 100m2.
La baldosas tienen un tamaño de 60 x 60cm cada una y son semitransparentes. Convierten la radiación solar en energía gracias al uso de semiconductores. El camino genera una potencia total instalada de 400 Wp, que alimenta los 450 puntos de LED que retroiluminan las baldosas.
Autopistas solares, Solar Roadways
La imaginación ha llevado aún más lejos esta tecnología. El estadounidense Scott Brusaw y su mujer, Julie Brusaw, pretenden sustituir el firme de las carreteras por paneles que puedan aprovechar la luz solar para generar energía y alimentar al transporte por combustible no fósil. Sin embargo, han tenido que modificar el sistema de fabricación de paneles, hecho con cristal, especialmente para evitar el peligro de deslizamiento en caso de lluvia.
El proyecto, conocido como Solar Roadways (Calzadas Solares), ha conseguido que ña capa superior tenga una textura tan segura como las carreteras comunes, incluso con lluvia. Esa primera cubierta contiene las células fotovoltaicas, luces con tecnología LED y calefacción para así evitar el hielo o nieve sobre la calzada.
La segunda capa contiene microprocesadores y la tercera lámina distribuye la energía producida que puede destinarse a zonas residenciales cercanas o para cargar los vehículos eléctricos.
Según sus inventores, un kilómetro de esta carretera con dos carriles en cada sentido, unos 1.100 paneles, puede producir diariamente unos 8,32 megavatios hora, lo que cubriría las necesidades de unos 250 hogares. Para ello las placas recibirían una media de cuatro horas de luz solar al día y funcionarían a un 15% de eficiencia.
Por su parte, José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace, afirma que “la tecnología fotovoltaica ha evolucionado tanto que ya existen paneles solares debajo de los cuales hay imanes que permiten, por inducción, alimentar coches eléctricos”.
La Agencia Mundial de la Energía asegura que entre el 20% y el 25% de la electricidad mundial podría tener origen solar en 2050. Y con tantos avances, puede que esos porcentajes aumenten.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.