Tres ingenieros de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales ha realizado un estudio sobre el etiquetado de los turismos impuesto por la DGT en 2016 y ha propuesto una nueva reclasificación acorde con los objetivos definidos por la Agenda 2030.
La preocupación por el medio ambiente, y en especial por la contaminación del aire, está muy presente en la actualidad y queda reflejada en nuevas conductas sociales y políticas de actuación. Tras el desarrollo de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se persigue que tanto gobiernos, como empresas y particulares, combatan estos diecisiete objetivos de manera alineada.
Es por ello que las distintas autoridades competentes han tomado parte en la lucha contra la polución ambiental imponiendo nuevas restricciones de circulación específicas para ciertas zonas o episodios de contaminación. Con ese fin, la Dirección General de Tráfico, realizó una clasificación de vehículos dividida en cinco categorías: cuatro bajo distintivos ambientales y una quinta que engloba el resto de vehículos.
«La idea inicial de la DGT era basar la clasificación en la identificación de la mitad menos contaminante del parque; esa mitad quedaría dividida en cuatro categorías que dependerían de su motorización», recuerda la Universidad Politécnica de Madrid en una nota de prensa en la que reflexiona acerca de la clasificación medioambiental actual y una posible reclasificación.
«Esto produjo que las compañías automovilísticas se aprovechasen de este espacio para producir vehículos híbridos o microhíbridos que contaminaban tanto como los de motorización tradicional, pero disfrutaban de las ventajas de un distintivo ECO o Cero», afirma la UPM. «Además, se esperaba que, tras la recuperación de la crisis económica, se produjese una renovación del parque que no ha tenido lugar. Por tanto, el envejecimiento del parque automovilístico y el criterio para la elección de las diversas categorías han hecho que la eficacia de esta clasificación no haya sido la óptima.
Propuesta de reclasificación
El informe de la UPM concluye que los modelos ECO se entremezclen los de categoría C, llegando a valores de emisión del contaminante NOx muy altos, básicamente producidos por microhíbridos diéseles.
Es por eso que los investigadores proponen una reclasificación en base a modelos de aprendizaje estadístico no supervisado. Son varios los criterios en los que discrepa con la clasificación con la actual. Entre ellos:
- Permite a vehículos de gasolina y diésel de bajas emisiones mantener las mismas ventajas que los híbridos de baja emisión sin perjudicarles
- Estos vehículos de gasolina y diésel que emiten poco además consumen poco, por lo que ayudarían a mitigar la crisis del petróleo actual. Aquellos consumidores que aún no se atrevan a comprar un híbrido o un eléctrico debido, por ejemplo, a la falta de puntos de acceso de electricidad, pero aún así quieran disfrutar de las ventajas de contaminar poco, podrán hacerlo con vehículos de baja consumición y emisiones
- Penaliza severamente las emisiones de NOx y a partir de cierto valor también las de CO2 debido a la falta de límite superior impuesto por la Unión Europea
- Por otra parte, impulsa a que las compañías automovilísticas se centren en mejorar sus emisiones y no en añadir motores eléctricos a vehículos que puede que en el futuro no usen su motor eléctrico mas que como justificación para beneficiarse de las ventajas de tener un distintivo especial por ser híbrido
- Por último, beneficia completamente a los eléctricos. De manera que en episodios de alta contaminación sean sólo ellos los que pueden entrar en las zonas más perjudicadas.
Durante el 2020, el Gobierno confirmó que, de cara a 2021 se revisarían las etiquetas medioambientales y se reclasificarían de nuevo los vehículos.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.