Los vuelos cortos con alternativa en tren de una duración de menos de dos horas y media han quedado prohibidos en Francia como medida para luchar contra el cambio climático. La medida ha sido aprobada con efecto inmediato para los enlaces aéreos entre Nantes, Burdeos, Lyon y Paris-Orly
El Gobierno de Emmanuel Macron ha dado luz verde a la medida contemplada en la Ley del Clima (aprobada en agosto d 2021) por la que quedan prohibidos los vuelos regionales siempre y cuando exista una alternativa en tren que suponga menos de dos horas y media de desplazamiento.
La prohibición se ha hecho efectiva con fecha de ayer, miércoles 24 de mayo y se mantendrá durante un período de tres años.
Francia prohíbe los vuelos regionales
La normativa establece que para que la prohibición sea efectiva debe existir una alternativa de desplazamiento en tren con «frecuencias suficientes y horarios adecuados». Además de que la conexión debe permitir al pasajero estar más de ocho horas en el destino durante un día.
También fija como condición que el servicio ferroviario se efectúe entre estaciones que presten servicio a las mismas ciudades que los respectivos aeropuertos en los que se llevaría a cabo el despegue y el aterrizaje.
El ministro de Transportes francés, Clément Beaune, ha celebrado que esta medida es un paso esencial y un fuerte símbolo en la política de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
«Es una primicia mundial y está totalmente en línea con la política del Gobierno de fomentar el uso de modos de transporte que emitan menos gases de efecto invernadero», ha destacado en un comunicado.
Contra el cambio climático
Con la prohibición de los vuelos regionales con alternativa de tren, Francia quiere sumar una medida en su paquete de lucha contra el cambio climático. Sin embargo, las excesiva matizaciones que incluye la norma ha hecho que sea muchas las voces que se alzan en contra o ponen en duda su eficacia.
Es el caso de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), que a través de su director general, Willie Walsh, ha calificado la medida de «completamente absurda» y que «no sirve para nada». Afirma que si se eliminaran todas las rutas de menos de 500 kilómetros en Europa, se suprimiría el 24% de los vuelos, pero, en cambio, las emisiones de CO2 caerían sólo un 3,84%.
En la misma línea se ha manifestado una de las patronales de las aerolíneas francesas, A4E, que asegura que «prohibir estos viajes solo tendrá efectos mínimos» en la emisión de CO2 y que los gobiernos deberían apoyar «soluciones reales y significativas» al problema.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.