La Asociación de Empresas de Energías Renovables ha sido la primera en reaccionar ante la publicación de la nueva Orden de Parámetros Retributivos. Aunque aseguran que el texto incluye algunos aspectos positivos, muestran su preocupación porque creen que producirá una importante reducción de ingresos a las plantas renovables.
Con la nueva Orden de Parámetros, el Gobierno reduce el recorte a la retribución de las renovables y la cogeneración. El texto publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) reduce la cifra a 921 millones en 2020, frente a los 1.046 planteados en la propuesta inicial. El ajuste queda en 817 millones en 2021 y 690 millones en 2022.
La Asociación de Empresas de Energías Renovables APPA ha sido de las primeras en hacer pública su reacción: «supone una reducción de ingresos para el sector renovable, reducción más acusada para las tecnologías renovables con alta exposición al mercado como la eólica o la hidráulica», aseguran.
El uso de precios del mercado eléctrico superiores a los reales hace que se perciba una retribución regulada menor para estas plantas. «Al percibir la retribución regulada (que es menor para compensar el precio de mercado mayor que aparece en la Orden), más el precio de mercado real (que es menor al utilizado como referencia), se produce una merma, en ocasiones muy importante, de la tesorería de las instalaciones renovables», afirman en un comunicado.
Referencias de precios del mercado superiores a los reales
Las empresas representadas por la APPA consideran negativo que el Gobierno haya utilizado el dato real de cierre de 2019 (47,68 €/MWh). Calculan que esto supondrá una merma de los ingresos de las instalaciones renovables de hasta el 11,5%.
La Orden utiliza un valor del precio de mercado de 2019 de 53,18 €/MWh, un 11,5% superior al valor real: 47,68 €/MWh
«De cara al futuro, esto no mejora», vaticinan. Teniendo disponibles los datos de precios futuros de OMIP (43,65 €/MWh para 2023; 43,36 €/MWh para 2024 y 42,54 €/MWh para 2025), la Orden refleja un precio para estos años y siguientes de 48,82 €/MWh.
«Sorprende que, en un entorno de reducción de precios del mercado eléctrico, el Ministerio haya fijado para 2023 y años posteriores un precio superior al registrado en 2019. Todos estos cambios respecto a los datos disponibles suponen una reducción de los ingresos del sector renovable», dicen.
Apoyan sus cálculos con el siguiente gráfico:
La Orden de Parámetros ha excluido las cifras de 2016
Las tecnologías renovables que necesitan un recurso variable, como eólica, hidráulica o fotovoltaica, no pueden decidir en qué momento vender su producción eléctrica. Para reflejar esto, se utiliza un coeficiente llamado de apuntamiento, que marca la diferencia entre el precio medio del mercado eléctrico y el precio real obtenido para las diferentes tecnologías (una tecnología con un 1,1 habrá obtenido un 10% más que el precio medio y una tecnología con 0,8 habrá obtenido un 20% menos que el precio medio del mercado).
En la Orden de Parámetros se excluye del cálculo el año 2016, de forma que se obtienen unos valores medios muy distintos, dado que el 2016 fue el año con mayor apuntamiento (es decir, las instalaciones cobraron un precio muy inferior a la media del mercado). «Al excluir este año del cómputo, también se reducen los ingresos de las instalaciones, al considerar que sus ingresos son más cercanos al precio medio del mercado eléctrico que lo que realmente ocurre», apuntan desde APPA.
Ejemplos claros son la energía eólica, que varía en un 4% el apuntamiento al excluirse el año 2016 (siempre en contra de la tecnología, reduciéndose los ingresos regulados al considerar arbitrariamente que se van a producir mayores ingresos de mercado). O la energía fotovoltaica, que con el cálculo actual parece que percibe un 0,4% más que el precio medio y, si se usase 2016, se ve que, realmente, percibe un 1,3% menos.
La rentabilidad razonable en entredicho
El modelo no asegura la rentabilidad razonable para las instalaciones durante estos años, dado que las plantas están expuestas a la arbitrariedad de determinados parámetros y a la aplicación de límites (bandas muertas) que incluye la metodología (LS1, LS2, LI1 y LI2).
En el aspecto positivo, se reducen las horas mínimas de hidráulica y se aumentan las de funcionamiento de la biomasa
«Al haberse fijado parámetros distintos a los ya disponibles, y haber excluido del cálculo al peor año para las renovables en el caso del apuntamiento, se reducen de forma notable los ingresos de las instalaciones y se produce una merma importante de la tesorería de los distintos proyectos», afirman.
Aspectos positivos de la Orden
En el aspecto positivo, la Orden refleja algunos cambios, demandados por el sector, y que facilitarán el funcionamiento de las plantas, como la reducción de horas de funcionamiento mínimo y umbral para las plantas hidroeléctricas o el incremento de las horas de funcionamiento de las plantas de biomasa que se sitúa en las 7.500 horas anuales.
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Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.