A pesar de tener factores climatológicos, logísticos y económicos que obstaculizan la viabilidad del plan, México se empeña en renovar las hidroeléctricas como pilar de su transición energética. El presidente del país considera que son «parte del patrimonio mexicano» y son defiende su plan de modernización de 60 de instalaciones.
Según datos del Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias, en México hay unas 4900 centrales públicas y privadas, destinadas a hidroelectricidad, riego y pesca, entre otros usos. De ellas, al menos 101 se destinan a la generación eléctrica, con una edad media de 47 años y una capacidad promedio de 147 MW.
El plan de rehabilitación de instalaciones hidroeléctricas que prepara México contempla la modernización de 60 centrales hidroeléctricas.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha solicitado a la CFE un estudio que evalúe la ampliación, el diagnóstico y el análisis de rentabilidad de 21 represas, dentro del “Proyecto de rehabilitación, repotenciación y/o modernización” de esas generadoras.
Para determinarlo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha analizado información hidrométrica y ha elaborado un estudio hidrológico e hidroenergético, además de una evaluación económica, un análisis de rentabilidad, viabilidad social y ambiental. El objetivo es determinar la situación de cada central.
A través de esos análisis, la CFE ha calculado los megavatios (MW) sugeridos a instalar, el tipo de turbina a utilizar, el resultado de la generación anual, el porcentaje obtenido con las condiciones actuales de las plantas, el coste nivelado del kilovatio-hora, la relación costo/beneficio de las instalaciones y su rentabilidad.
La principal conclusión es que hay 18 instalaciones hidroeléctricas que pueden aumentar su potencia generadora con la rehabilitación y la modernización de su infraestructura y equipos.
Obstáculos al plan de modernización de las instalaciones hidroeléctricas mexicanas
Mientras López Obrador está firmemente convencido de la conveniencia de su plan, son varios los argumentos que esgrimen los contrarios:
- el primero defiende que son plantas demasiado viejas como para que su modernización resulte rentable, a lo que hay que añadir importantes desafíos técnicos y de viabilidad
- el segundo y más importante es la amenaza de sequía, como consecuencia de la crisis climática desatada por la extracción y quema de combustibles fósiles
A favor del plan de López Obrador
También hay voces favorables.
Para Daniel Chacón, director de Energía de la no gubernamental Iniciativa Climática de México, el rejuvenecimiento es muy beneficioso. “Hay que tener en cuenta que los embalses se van llenando de depósitos (sedimentos) y su tamaño disminuye con los años. Habría que seleccionar en cuáles presas vale la pena invertir, de acuerdo con su edad y la disminución de su capacidad”, ha dicho.
También es partidaria de la modernización de las instalaciones hidroeléctricas de México la codirectora ejecutiva de la no gubernamental Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, Astrid Puentes. Para ella, el plan de renovación es adecuado, pues evita los daños derivados de construir una instalación.
“Modernizar hidroeléctricas y dar mantenimiento es una buena idea. Hay algunas plantas que aguantan su modernización y se volverán más eficientes en el uso de agua y la producción”, ha dicho la activista al mismo que advierte de la necesidad de “una buena planeación hídrica de fondo” que tome en cuenta factores climáticos y así verificar si vale la pena modernizar algunas centrales.
Presupuesto: 116 millones de dólares
En su presupuesto para 2020, la CFE destina al menos 116 millones de dólares para el cambio de maquinaria y rehabilitación de centrales hidroeléctricas bajo su control.
Bajo el mandato de la CFE hay al menos 84 de instalaciones hidroeléctricas, con una capacidad de potencia total superior a 11 000 MW.
Para su ampliación y modernización, la CFE considera cuatro centrales con una capacidad de entre 10 y 72 MW, otras 17 plantas con capacidad que va de menos de un MW a 51 MW y además evalúa la rentabilidad de nueve grandes centrales en los estados de Chiapas (sur) y de Michoacán (oeste).
Igualmente estudia el renacimiento de la central de Las Rosas, en el central estado de Querétaro, construida en 1949 y que está completamente inoperativa.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.