El sol español siempre ha sido una de las características más notables de nuestro país, y precisamente la revista Forbes hace una dura crítica al Gobierno con su nueva medida de poner impuestos a los productores de energía fotovoltaica… ¿Se puede poner impuestos al sol?
Ciudades como Huelva y Sevilla cuentan con casi 3.000 horas de sol al año. Con tanto sol a su disposición, España ha conseguido aprovechar la energía solar de manera espectacular: en los últimos diez años, se ha convertido en uno de los primeros países del mundo en fotovoltaica instalada (PV).
Sin embargo, ahora, podría ser desastroso para los productores porque según dice el Gobierno, se está generando tanta energía solar que la capacidad de producción supera a la demanda en más de un 60%, con lo que se ha contraído una deuda con los productores de casi 26 millones de euros. Para solucionar este problema, el Gobierno se le ha ocurrido que lo único que puede hacer es crear nuevos impuestos y multas a los que produzcan energía con el uso de los paneles solares. Para la revista Forbes, “España intenta ahora reducir el uso de paneles solares, precisamente cuando ha fomentado y subvencionado en la última década su utilización y desarrollo”.
Dice la revista que “tienes la sensación de que los funcionarios del Gobierno no sabían qué hacer y de repente, un día, pusieron la mirada en el cielo y pensaron: ¡Ya lo tengo! ¡Vamos a poner un impuesto al sol!»
Pero además, aún es peor. Precisamente el uso de paneles solares ha hecho posible que muchos ciudadanos puedan producir su propia energía mucho más barata de lo cuesta pagando a una eléctrica y de hecho muchos ciudadanos generan suficiente electricidad a partir de energía solar que, además, se les paga la energía excedente como productores. Esto resulta que es un problema y el Gobierno va a eliminar esta obligación, y prohibirá la venta de energía extra.
Multa de 30 millones de euros
Y todavía hay más: con el fin de averiguar quién está produciendo qué nivel de energía (y , por supuesto, de poner los impuestos correspondientes), los paneles solares ahora tienen que estar conectados a la red. Aquellos contribuyentes que no se conectan a la red se enfrentan a una multa de hasta 30 millones de euros. Parece que se inventaron esa multa de la siguiente conversación:
– “Unos 10 euros? No, no lo suficiente .”
– “¿Y unos 100 millones de euros? No, demasiado.”
– “¿30 millones de euros? Sí, eso suena bien.”
En realidad, su intención es asustar a los contribuyentes para que se conecte a la red con el fin de pagar impuestos. De esta manera, se conseguirá que económicamente sea inviable para los que producen su propia energía. Al final, será más barato seguir comprando energía a los proveedores actuales. Parece absurdo. Pero hay que asumir que una política de este tipo sólo podría ocurrir en España. Sin duda, en otros países como Alemania van a esperar a ver qué pasa exactamente en nuestro país. La medida ya es muy impopular y algunos temen que el resultado será la desobediencia civil a gran escala, es decir, que el ciudadano decide que no va a cumplir con la ley. Teresa Ribera, asesora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), llama la ley «ilógica», señalando que se trata de «una invitación seria por parte del gobierno a los ciudadanos para convertirse en antisistema».
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.