Tres son los beneficios simultáneos de Agrovoltaico: explotación de los cultivos, generación de electricidad con energía solar y, además, evita golpes de calor.
Varios son los proyectos puestos en marcha en los últimos años para demostrar los beneficios de conjugar agricultura y energía solar. Uno de lo más recientes es Agrovoltaico, una iniciativa puesta en marcha en Chile.
La idea es de muy sencilla ejecución: instalar paneles solares en plantaciones, de manera que se crean una espacio de invernaderos solares. El mismo terreno sirve así para un doble propósito (cultivar y obtener electricidad a partir de energía solar); mientras que la sombra que producen los paneles ayuda a las plantas a soportar el calor.
“Este tipo de tecnología pueden solucionar el nexo energía-agua, y permite usar recursos naturales como aire, tierra y agua de manera sostenible”, explica Gese, la empresa responsable del proyecto a Portal Frutícola.
«Si se integran plantas Agrovoltaicas en los terrenos agrícolas ya existentes, se puede evitar el cambio de áreas naturales a usos industriales», afirman. Y como ejemplo real: si se instalaran plantas agrivoltaicas en la superficie total cultivada en Chile, se podría cubrir la demanda eléctrica nacional prevista para 2030.
Las plantas agrovoltaicas también reducen el consumo de agua
Los cultivos que crecen a la sombra de plantas fotovoltaicas quedan protegidos de los golpes de calor por la sombra que aportan los paneles solares. «También quedan resguardados de lluvias fuertes y granizo», explican los responsables del proyecto.
Otro beneficio de las plantas agrovoltaicas es que disminuyen el consumo debido a una disminución de la evaporación. Además, permiten instalar sistemas de riego automatizados y tratamientos de agua que funcionen con energía solar.
Un proyecto nacido en Europa
El concepto agrovoltaico tiene su origen en Europa donde ya existen varios proyectos en funcionamiento.
Chile es un enclave que resulta especialmente beneficiado de las ventajas que reporta este proyecto ya que tiene una superficie territorial muy amplia (75,6 millones de hectáreas), pero también una amplia densidad poblacional, lo que reduce el terreno cultivable. El país también resulta castigado por duras sequías.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.