Cepsa y Bio-Oils,
compañía de biocombustibles de Apical, han comenzado la construcción de la mayor planta de biocombustibles de segunda generación (2G) del sur de Europa. La instalación producirá 500.000 toneladas de combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO) de forma anual. Junto con la producción actual de las instalaciones existentes de Cepsa y Bio-Oils, la planta alcanzará el millón de toneladas al año.
El inicio de la construcción de este proyecto se ha celebrado hoy en un acto que ha contado con la participación de Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Maarten Wetselaar, CEO de Cepsa, Anderson Tanoto, director general de RGE, que gestiona un grupo de empresas manufactureras basadas en recursos naturales, entre ellas Apical y Bio-Oils, y Pratheepan Karunagaran, director ejecutivo de Apical.
Planta de biocombustibles 2G de Cepsa y Bio-Oils
Prevista para 2026, la instalación se construirá en Palos de la Frontera (Huelva), junto al Parque Energético La Rábida. Para ello, hará falta una inversión de 1.200 millones de euros y se crearán de cerca de 2.000 puestos de trabajo durante las fases de construcción y operación.
Cepsa y Bio-Oils destacan el mínimo impacto ambiental que tendrá la planta, gracias al consumo de hidrógeno verde, electricidad 100% renovable y el uso de sistemas de recuperación de calor. Así, la instalación emitirá un 75% menos de CO2 que una planta de combustibles tradicional.
Por otro lado, otro dato destacable es que la planta no utilizará agua dulce, sino que hará uso de aguas recuperadas, y sus emisiones hídricas tendrán un mínimo impacto en el ecosistema debido a la planta de tratamiento de aguas que tendrá. Además, la planta de biocombustibles 2G contará con los últimos avances de la industria en inteligencia artificial, internet de las cosas (IoT) y análisis de datos.
En comparación con los combustibles tradicionales, los combustibles renovables desarrollados en este complejo desarrollado por Cepsa y Bio-Oils evitarán la emisión de 3 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale al 4 % de las emisiones del transporte por carretera en España.
Por último, la construcción de la planta supondrá la instalación de 590 kilómetros de tuberías, lo que equivale a una distancia superior a la que separa a Huelva de Madrid, y 1.400 km de cable, casi la distancia que entre Huelva y París.
Declaraciones
Juan Manuel Moreno Bonilla
, presidente de la Junta de Andalucía, ha subrayado: “Andalucía está lista para convertirse en la gran productora y distribuidora de energías limpias de Europa, desempeñando un papel clave en el objetivo irrenunciable de la descarbonización del planeta.»
Por su parte, Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha señalado: “Consideramos que no solamente basta con cambiar el color de las moléculas o los electrones; las industrias que hay detrás, los servicios que hay detrás, son, precisamente, la gran oportunidad para reindustrializar y modernizar nuestro tejido productivo. Por eso queremos que la atención a la cadena de valor industrial esté presente en el proceso de cambio, por eso queremos dedicar más de 750 millones de euros a este programa, de tal manera que la fabricación de los bienes de equipo que nos permita llegar a buen puerto sean producidos en España”.
Maarten Wetselaar, CEO de Cepsa, ha destacado: “Hoy empezamos a materializar el primer gran hito de la estrategia Positive Motion con la construcción de nuestra nueva planta de biocombustibles de segunda generación. Este proyecto estratégico para España y Andalucía nos permitirá ser un referente europeo en el campo de las moléculas verdes y facilitará la descarbonización inmediata de sectores no electrificables, como el transporte aéreo. Damos comienzo así a un proceso que generará empleo de calidad para esta región y que permitirá abrir una nueva etapa de reindustrialización”.
Por último, Pratheepan Karunagaran, director ejecutivo de Apical, ha señalado: «Se espera que la producción mundial de SAF se triplique en 2024, en comparación con los niveles de 2023, alcanzando 1,5 millones de toneladas. Sin embargo, la disponibilidad de materias primas sostenibles sigue siendo un reto para muchos países. A medida que sigamos ampliando la huella y las capacidades globales de Apical, la disponibilidad de desechos y residuos crecerá a la par, lo que permitirá forjar alianzas de gran valor añadido para que nuestro flujo de residuos impulse la producción y la adopción del SAF. Nuestra planta de biocombustibles 2G con Cepsa, que será la mayor instalación de producción de combustible de aviación del sur de Europa, es un excelente ejemplo de cómo los agentes del sector pueden unirse para fomentar el potencial del SAF y aumentar su adopción de forma asequible».
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.