La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ha aceptado sopesar opciones a largo plazo para reducir las emisiones que provocan los vuelos internacionales. Sin fecha oficial, ha dicho que, quizá, en 2022 esté preparada para presentar un plan de acción.
Durante una asamblea celebrada el pasado viernes, una agencia de la OCU ha pedido que se limiten las emisiones contaminantes de los aviones ya que está demostrado que los vuelos internacionales influyen de manera decisiva en el cambio climático.
Ante tal petición, la Organización de Aviación Civil Internacional ha contestado que sopesará opciones a largo plazo, aunque ha rechazado asumir compromisos o marcas un plan de acción con fechas. Lo más cercano ha sido la intención de dar una una primera respuesta en 2022.
El organismo con sede en Montreal, que celebra una asamblea cada tres años, había establecido una importante iniciativa climática en su última reunión en 2016, por lo que los líderes de la industria de la aviación estaban bajo presión para hacer más después de que las emisiones de carbono alcanzaron niveles récord el año pasado.
La reunión de este año, que comenzó el 24 de septiembre, ha tenido lugar en medio de las protestas climáticas dirigidas por la joven activista sueca Greta Thunberg, que ha atraído a cientos de miles de personas a las calles de Montreal.
Objetivos a largo plazo, pero sin fecha
Miembros de 193 países de la Organización de Aviación Internacional (OACI) «se han comprometido a trabajar» para establecer una meta para 2050 con el fin de reducir las emisiones de CO2 de las línea aéreas. Pero han aplazado la toma de una decisión hasta una reunión en 2022.
Los vuelos ‘low cost’ aumentan las emisiones de la aeronáutica
Un informe reciente asegura que los aviones europeos han aumentado sus emisiones contaminantes hasta un 26% en los últimos cinco años y que el aumento de los vuelos low cost tiene mucha responsabilidad en este incremento. Si la tendencia continúa, las emisiones podrían ascender hasta un 300% en 2050, según los datos de la International Civil Aviation Organization (ICAO).
Un dato representativo: un vuelo de Londres a Nueva York genera aproximadamente la misma contaminación por CO² que emite un ciudadano europeo a lo largo de un año para mantener su hogar caliente.
Este crecimiento de la contaminación del transporte aéreo viene acompañado de un mayor número de vuelos en la zona europea. Tanto, que el tráfico ha incrementado en un 8% desde 2005, según el informe de 2019 de la Agencia Europea del Medioambiente. A su vez, el número de pasajeros, según este estudio, se ha visto aumentado en un 50% en el mismo periodo de tiempo.
Desde Ecologistas en Acción explican que el aumento de la contaminación aeronáutica es consecuencia directa de la falta de legislación restrictiva que tiene en Europa esta industria. «No puede ser que salga más barato viajar en avión, que es el transporte que más contamina, que en tren», afirman.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.