La pasada semana el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de Naciones Unidas alertaba de la evidencia del calentamiento global y de la necesidad de una apuesta decidida por las energías limpias para evitar la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. De seguir así en los próximos 30 años, los daños al ecosistema y a los seres humanos serán irreversibles.
Pero parece que en el sector gasista no piensan lo mismo, y caminan orgullosos alentados por la estrategia del Ministerio de Industria, Energía y Turismo de tirar con bala contra todo lo renovable y abrir la vía de la prospección de crudo en nuestro país. El pasado jueves, durante la excelente reunión que organizó Saypower en Madrid sobre Shale Gas, pudimos comprobar cómo el subdirector general de Hidrocarburos, Sergio López, partía de la idea de que los fósiles no van a desaparecer del mix energético, y que el gas es la base energética alrededor de la que nos debemos mover. Con políticos como estos, que obvian las Directivas de la Unión Europea y que hacen políticas nacionales en lugar de políticas europeas, no se bien ni para que formamos parte de esa Europa, ni para qué existe la Unión Europea, ya que los países se pasan las Directivas por el forro.
Parte el subdirector general de que España es un país claramente dependiente de los fósiles y que por eso debemos generar nuestros propios hidrocarburos, olvidándose tanto de las mencionadas Directivas como de que España es un país autosuficiente energéticamente si se planteara una estrategia 100% renovable como está ocurriendo en países de nuestro entorno como Noruega, Alemania o Austria. Se lamentaba López de que las Comunidades Autónomas estaban poniendo trabas e incluyendo leyes en contra de la fracturación hidráulica, seguramente por motivos ideológicos, pero la sostenibilidad del planeta no entiende de ideologías.
Casualmente todos los ponentes en algún momento de su discurso relacionaron el rechazo de la exploración de shale gas por motivos puramente ideológicos, cuando en realidad hay diversas Comunidades Autónomas de diferente signo político que han puesto en alerta sus mecanismos para que no se explore en su territorio.
Juan Pablo Pérez, Director de Garrigues Medio Ambiente, enfocó su defensa de la exploración de shale gas desde el punto de vista geopolítico y puso como ejemplo los recientes sucesos de la península de Crimea y el gas ruso, para poner sobre aviso a los gobiernos europeos y augurar un viraje hacia el gas argelino. Parecía el cuento del lobo.
Riesgos medioambientales
El fracking o método de facturación hidráulica para la explotación del gas de esquisto o shale gas, tiene una buena cantidad de riesgos medioambientales intrínsecos: contaminación de acuíferos, el gran consumo de agua (20.000m3 para la estimulación de un pozo), los contaminantes químicos incluidos en las aguas de fracturación (0,5%), la radioactividad, las emisiones de efecto invernadero o la sismicidad inducida. Riesgos difíciles de reproducir por la larga experiencia americana de más de 80 años que descubre una baja probabilidad, pero que ocurren.
La contrapartida es, que según Alberto Amores, socio de Deloitte, en un entorno de 50 años de extracción, podría haber una repercusión económica de 1 billón de euros y 250.000 empleos continuados a lo largo de todo el período. Lo que resulta curioso de esta consultora es que haya rechazado recientemente realizar informes para alguna asociación renovable española y sí los haga para la industria del gas.
La cogeneración y las renovables
Que en España se aglutinase a las renovables y a la cogeneración dentro del mismo régimen especial ha sido una cruz tanto para las renovables como para la propia cogeneración. Querer igualar tecnologías con diferentes rendimientos, fuentes y problemáticas bajo un mismo paraguas generó dudas y controversias cuando llegaron las rebajas. Pero el poso que nos ha dejado es que la cogeneración, necesaria sí para la industria, se encuadraba dentro de las renovables, cuando la realidad es que el sector de la cogeneración paga y mucho por los derechos de emisiones que produce. Ahora, desde el sector del shale gas, Juan Carlos Muñoz-Conde portavoz de la Plataforma Shale Gas España, intenta una vez más alinear el gas junto con las renovables en idílico mix energético en el que el gas es la base en la que se apoyan las renovables. Sí, pero no.
Por otro lado, el argumento de que en Estados Unidos el shale gas ha abaratado el mercado gasista, y que por eso es una gran oportunidad de negocio, se derrumbó cuando los propios ponentes coincidieron en que el shale gas en España no movería el precio del mercado del gas.
Sorpresa, sorpresa
Pero la jornada aún nos reservaba una sorpresa en forma de catedrático carca, Mariano Marzo, catedrático de Geología de la Universidad de Barcelona. Don Mariano decidió que era lógico pensar que si en el resto del mundo se estaba haciendo caso omiso a la reducción de emisiones contaminantes, no tenía que ser Europa la abanderada del cambio climático. Me recordó su discurso a uno que escuche de otro catedrático en un viaje que tuve la ocasión de hacer a India hace unos años, quien decía que si el primer mundo había estado contaminando durante siglos, no iban a ser los indios los que se decidieran por las renovables para industrializar su país. Y yo me pregunto ¿por qué tiene las ideas más claras la gente de la calle que los catedráticos, es que se les embota el cerebro de tanto pensar?
Por Carlos Sánchez
Director de EnergyNews
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.