Ante la inminente entrada en vigor de Madrid Central, el plan para restringir la circulación de vehículos privados en el centro de la capital, todo el debate se está centrando en la contaminación por combustión que emiten los vehículos y poco se está hablando de cuáles son realmente todas las causas de contaminación en nuestras ciudades.
Mientras que el coche causa el 13% de la contaminación, las viviendas y edificios suponen el 56% de la contaminación en nuestras ciudades, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Además, cabe destacar que un vehículo tiene una vida útil de unos 10 años, sin embargo, más de la mitad de los edificios de España tienen más de 40 años. Son edificios que no se ajustan a ningún reglamento sobre condiciones térmicas y energéticas adecuadas para la habitabilidad y, por tanto, carecen de un aislamiento térmico apropiado, lo que les convierte en verdaderos ‘depredadores de energía’.
Para la plataforma Passivhaus los representantes políticos se muestran demasiado preocupados por la contaminación que causan los coches pero, pocas o ninguna medida se adoptan en relación a los edificios.
Passivhaus para combatir la contaminación
La voz de alarma ante esta situación la da la Plataforma de Edificación Passivhaus, que manifiesta su “férreo compromiso con la divulgación de los edificios de consumo casi nulo” y su apuesta por “seguir el estándar Passivhaus, uno de los más exigentes del mundo”.
En la 10ª Conferencia Española Passivhaus, celebrada recientemente, se presentaron algunos estudios que recogen datos “realmente alarmantes” sobre los “efectos negativos que tienen los edificios convencionales en nuestra salud” frente a los edificios certificados bajo el estándar Passivhaus. La plataforma de Edificación denuncia el desconocimiento general que abunda sobre el impacto en las personas y en el medio ambiente de los edificios ineficientes y se pregunta si únicamente se deben tomar medidas en materia de circulación y transporte.
Desde PEP previenen de la importancia de “tomar medidas ya y avanzar hacia un sistema de construcción que tenga como resultado hogares y edificios más sostenibles, saludables y energéticamente eficientes”. Se trata de una cuestión que “debería convertirse en una prioridad en todo debate y ejecución de planes urbanísticos por parte de las administraciones públicas, tanto central como locales y autonómicas”.
Así es una casa pasiva
En este sentido, el estándar Passivhaus no permite superar una demanda de energía de 15 Kwh/m2 para calefacción o refrigeración. Otros parámetros de interés: la climatización de una casa pasiva abastecida con gasóleo no consume más de 1,5 litros por metro cuadrado al año; aquella que opta por el gas natural, no pasa de los 1,5 metros cúbicos, el equivalente a 15 Kwh.
Una casa pasiva proporciona un ahorro de entre el 75% y el 90% en el consumo de energía frente a una casa convencional. También contribuye en la reducción de emisiones contaminantes. Por ejemplo, la estimación realizada en un edificio certificado Passivhaus ha mostrado que, gracias a su modelo de construcción, se lanzan 10.000 kg menos de CO2 a la atmosfera al año equivalente al CO2 que absorben 1.000 árboles en un año.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.