Es tal el nivel de eficacia de las edificaciones que cumplen los criterios Passivhaus que habría que plantar 1.000 árboles para que un edificio convencional de 1.500 m2 lograra disminuir las mismas emisiones anuales de CO2 que un edificio pasivo.Los edificios -viviendas, oficinas, educativos, de ocio e institucionales- son los responsables de alrededor del 40% de la energía que se consume
. Una energía que, según su grado de utilización, su fuente de procedencia y la cantidad de partículas contaminantes que pueda generar su extracción y/o utilización, tiene mayor o menor incidencia en el cambio climático que está sufriendo nuestro planeta.
Frente a esta problemática, una edificación pasiva -de acuerdo al estándar Passivhaus-, además de disminuir la huella de carbono y otros daños ambientales, permite un ahorro energético de hasta el 90% frente a un edificio convencional, afirma la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), asociación sin ánimo de lucro que engloba a profesionales, empresas y personas con inquietudes y conocimientos en el campo de la edificación energéticamente eficiente.
Para demostrar cómo las edificaciones Passivhaus contribuyen a mitigar el efecto negativo que suponen los edificios convencionales para el medio ambiente, PEP ha analizado un edificio de oficinas certificado Passivhaus, construido en la localidad de Sollana (Valencia). Según sus estimaciones, el modelo de construcción energéticamente eficiente del edificio, de 1.500 m2, ha permitido evitar en un año la emisión a la atmósfera de 10.000 kg de CO2.
«Si se tratara de un edificio del mismo tamaño pero construido siguiendo nuestra normativa habría que plantar 1.000 árboles –se calcula que un árbol absorbe aproximadamente 10kg de CO2 por año- para mitigar su efecto en el medio ambiente hasta reducir su impacto al nivel del generado por un edificio Passivhaus«, explica Adelina Uriarte, presidenta de la Plataforma de Edificación Passivhaus, que quiere que la definición oficial de los Edificios de Consumo Casi Nulo en España tome como referencia el estándar Passivhaus.
Es necesario recordar que la Directiva 2010/31/EU relativa a la eficiencia energética de los edificios dicta que antes del 31 de diciembre de 2018, los edificios ocupados o propiedad de autoridades públicas, y del 31 de diciembre de 2020, los privados, sean edificios de consumo casi nulo.
Edificio Pasivo
Otro ejemplo de edificación pasiva, en este caso en construcción, son 524 viviendas previstas en Navarra que con una superficie construida aproximada de 50.000m2 dejarán de emitir anualmente el CO2 equivalente al que absorben 33.400 árboles en el mismo período, teniendo en cuenta que el límite de la demanda de energía que exige el estándar Passivhaus para climatización es de 15 kWh/m2/año y el consumo medio para climatización que tendrían cumpliendo la normativa en vigor.
Otro caso es el que recogimos en EnergyNews en marzo de 2016, el primer bloque de viviendas con este estándar en España, y en la misma zona, concretamente en Pamplona.
“Desde PEP queremos concienciar al sector de la construcción y a las administraciones públicas de la importancia de tomar medidas cuanto antes y avanzar hacia un sistema de construcción que tenga como resultado hogares y edificios más sostenibles, saludables y energéticamente eficientes. Es una cuestión que todos deberíamos tener en mente y, por supuesto, convertirse en una prioridad en todo debate y ejecución de planes urbanísticos para contribuir a mitigar el cambio climático”, añade.
Estándar Passivhaus
Una edificación pasiva es un tipo de construcción enfocada a la máxima reducción de la energía necesaria para su climatización, logrando mantener una temperatura constante y confortable mediante la optimización de los recursos existentes.
En este sentido, existen cinco principios básicos para el diseño y la construcción bajo el estándar Passivhaus:
-aislante térmico de gran espesor
-ventanas y vidrios de altas prestaciones
-ausencia de puentes térmicos
-ventilación con recuperador de calor
-y ausencia de infiltraciones de aire para responder a los criterios de salubridad que exige la normativa.
Uno de los puntos de debate sobre la construcción de edificaciones pasivas está en su coste. En este sentido, «si bien es cierto que en obra puede ser ligeramente superior (entre el 3% y el 8%) al de un edificio “no pasivo”, su coste global, en el que hay que incluir la inversión en energía necesaria para climatización durante su vida útil, la diferencia inicial se amortiza, según el tamaño de la edificación, entre los primeros 5 y 10 años de uso, gracias al elevado ahorro en la factura energética que proporciona», explica la Plataforma de Edificación Passivhaus.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.