Un estudio publicado en la revista Nature Climate Change analiza los niveles de emisiones de óxido nitroso lanzadas a la atmósfera durante el periodo 1998-2016. En él, ha participado un equipo internacional de 12 países incluyendo la Comisión Europea y el MIT. La conclusión es que hemos contaminado mucho más de lo que estaba previsto.
“Hemos constatado que las emisiones de N2O se han incrementado considerablemente durante las pasadas dos décadas, pero especialmente a partir de 2009” comenta Rona Thompson, una de las principales autoras del estudio. “Nuestras mediciones muestran que la emisión de N2O se incrementa a mayor velocidad de lo esperado”.
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El óxido de nitroso (N2O) es uno de los gases de efecto invernadero más importante
. Su nivel de nocividad le coloca en tercera posición, por detrás del dióxido de carbono y del metano. Es por eso que los investigadores analizan la cantidad que emitimos a la atmósfera y opciones para reducir la cifra.
El uso de fertilizantes es uno de los principales causantes del aumento de óxido nitroso enviado a la atmósfera
El estudio internacional que hoy nos ocupa está liderado por el Norwegian Institute for Air Research (NILU), con la colaboración del CEIGRAM (Centro de Estudios e Investigacion para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Constata que las emisiones de óxido nitroso a la atmósfera se han incrementado en las dos últimas décadas.
Cuánto y por qué han aumentado las emisiones de óxido nitroso
Para calcular los niveles de óxido nitroso lanzadas a la atmósfera, los investigadores han recopilado datos de un total de 12 países, incluyendo la Comisión Europea y el MIT. «Es la primera vez que estimas atmosféricas basadas en la modelización que parte de observaciones de N2O son comparadas con datos de actividad y balances de nitrógeno de los sistemas agrarios terrestres”, explica, Luis Lassaletta, investigador del CEIGRAM-UPM y coautor del estudio.
“Nos estamos acercando a los límites planetarios y para evitar cruzarlos, la administración, investigadores, productores y consumidores debemos actuar de forma decidida y coordinada”
La investigación concluye que el N2O en la atmósfera ha aumentado constantemente desde la segunda mitad del siglo XX.
Este aumento está directamente relacionado con el uso de fertilizantes, el crecimiento de la superficie dedicada a cultivos fijadores como la soja y la quema de combustibles fósiles. En definitiva, mucho más nitrógeno de nueva generación que entra a los ecosistemas.
“El incremento de la disponibilidad de nitrógeno ha hecho posible producir más comida”, explica Thompson, “pero la otra cara es la de los problemas ambientales asociados a la emisión de compuestos nitrogenados al medio, que en este caso supone más N2O en la atmósfera”.
Se necesitan mediciones más reales
Otra importante conclusión del trabajo es que las emisiones estimadas siguiendo los protocolos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) más sencillos conducen a una subestimación de las emisiones reales. Por tanto, es necesario aumentar la investigación que permita a los países profundizar en el estudio de las emisiones considerando las complejas condiciones locales.
Los resultados sugieren que es particularmente importante reducir las entradas de nitrógeno en los sistemas que ya están muy intensificados. Es el caso por ejemplo de la región de Asia del Este donde los fertilizantes podrían ser utilizados de manera mucho más eficiente sin reducir las cosechas.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.