La Comisión Europea (CE) presentó este miércoles en Bruselas la Ley Climática Europea. El calendario de acción fija legalmente el año 2050 como fecha límite para erradicar los combustibles fósiles de la Unión Europea. Lo que no hace es una revisión al alza de los objetivos vigentes para 2030; tampoco exige a cada país de la UE que alcance la neutralidad climática a mitad de siglo. Es por eso que doce países europeos, España entre ellos, han firmado una carta pidiendo un objetivo más ambicioso.
Tras la presentación en Bruselas, el Gobierno español ha aprovechado para recordar que el anteproyecto de la Ley de Cambio Climático de España es coherente y está alineado con la reglamentación climática europea para alcanzar la descarbonización total en 2050. También para implementar una movilidad sostenible, una economía circular y proteger la biodiversidad.
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La propuesta legislativa europea, revisable cada cinco años, quiere que Europa sea el primer continente climáticamente neutro en 2050. Y fija la reducción de emisiones de CO2 de todos los países que la forman pasen del actual 40 % a una horquilla entre el 50 y 55 % en 2030.
Objetivos climáticos compartidos entre España y la Unión Europea
Estos objetivos coinciden con el borrador del anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética -presentado el pasado febrero por la ministra Teresa Ribera- que incluye el compromiso de España para reducir en 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero, al menos, un 20 % con respecto a 1990.
Sin embargo, España y otros once Estados de la Unión Europea (UE) han pedido al vicepresidente de la CE, Frans Timmermans, adelantar a este primer semestre la presentación del compromiso comunitario de reducción de emisiones para 2030, con el fin de movilizar a China para que aumente su ambición de cara a la Conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático 2020 (COP26) en Glasgow.
Pacto Verde o Green Deal
Otro punto en el que coinciden ambos documentos es en un nuevo pacto verde o «Green Deal» que establece una nueva estrategia de crecimiento para transformar la Unión Europea en una sociedad justa, eficiente en el uso de sus recursos e inmersa en un sistema de movilidad sostenible.
Los dos textos convergen en la importancia de incluir en sus propuestas el potenciar el reciclaje y la economía circular, dar protagonismo a la protección de la biodiversidad frente al calentamiento global y en medidas de mitigación de los riesgos de seguridad alimentaria asociados al cambio climático.
A este respecto, la organización ecologista Greenpeace ha lamentado que el proyecto de ley de la Comisión Europea no incluya medidas para reducir las emisiones de CO2 hasta 2030 y sólo establezca objetivos «a largo plazo» para acabar con los gases de efecto invernadero en 2050.
Los anteproyectos de la ley climática español y europeo tienen los «mismos ritmos» a largo plazo, según Greenpace, pero, sin embargo, ambos «dan la espalda» a la ciencia, no establecen el fin de las subvenciones fósiles, de los vehículos de gasolina y diésel y se olvidan del sector transporte, del agrícola e industrial.
El grupo ecologista ha demandado medidas urgentes y objetivos climáticos «que respondan a la ciencia» para la próxima década y ha exigido al Gobierno español que la futura ley de cambio climático incluya una reducción de la emisiones en 2030 de al menos el 55% respecto a 1990, de acuerdo con el informe de Naciones Unidas sobre la brecha de las emisiones.
Fuente: Agencia EFE
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Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.