El nuevo anteproyecto de Ley de Cambio Climático ha rebajado sus expectativas con respecto al Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) aprobado por Bruselas. El anteproyecto prevé la neutralidad de emisiones de CO2 en 2050. En relación a los vehículos, contempla la adopción de medidas para que turismos y comerciales ligeros nuevos lleguen a 2040 con cero emisiones de CO2.
Según explica Cinco Días, que ha tenido acceso al anteproyecto de Ley de Cambio Climático, se rebaja de manera importante el listón de objetivos. Tanto con respecto al PNIEC, como al anterior borrador de la ley.
De hecho, parece ser que establece pocas prohibiciones, algo que hace dudar a diversas fuentes jurídicas de su aplicación. Sin embargo, no todas opinan lo mismo, pues hay quien establece que para una legislación de cambio climático, con horizontes tan lejanos, es normal.
La Ley establece a hora que en 2050 se debe conseguir la neutralidad de emisiones de efecto invernadero. Y que las emisiones de CO2 deben absorberse con “proyectos limpios o sumideros”. Y, además, habla de la transición energética.
Anteproyecto de ley de Cambio Climático y vehículos
También se disminuyen en el anteproyecto de ley de Cambio Climático las expectativas con respecto a los vehículos. Mientras que en 2019 se habló de prohibir los coches de combustión, ahora se recoge que el “Estado (Administración central, comunidades autónomas y ayuntamientos) adoptará medidas para alcanzar en 2050 un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros <<sin emisiones directas de CO2>>”.
Lo cual quiere decir que serán vehículos eléctricos, sin emisiones directas de CO2, aunque su electricidad no siempre proceda de fuentes limpias.
Añade, eso sí, que los vehículos comerciales y turismos nuevos deberán ir progresivamente reduciendo emisiones, hasta llegar a 2040. Entonces no deberán emitir CO2. Para conseguirlo, se plantean incentivos y el apoyo a líneas I+D+i.
También recoge la adopción de medidas para reducir las emisiones de buques y embarcaciones amarrados o fondeados en puertos. Y se fijarán objetivos de suministro de biocarburantes en el caso del transporte aéreo.
Recarga de vehículos eléctricos
También recoge el anteproyecto de ley la obligación de las estaciones de servicio de instalar puntos de recarga. Y deberán ser de potencia igual o superior a 50 kW para facilitar la recarga rápida. Pero sólo se impondrá la norma a gasolineras con gran capacidad económica y financiera.
Las gasolineras con ventas iguales o superiores a 10 millones de litros de gasolina o gasoil en 2019, tendrán que instalar un punto de carga. Y deberán hacerlo en el plazo de 21 meses tras la aprobación de la ley.
Mientras, las gasolineras con ventas superiores a 5 millones de litros, tendrán un plazo de instalación de 27 meses. Y todas las nuevas estaciones de servicio deberán incluir también puntos de carga, así como edificios de nueva construcción.
Objetivos más realistas
En comparación con el propio PNIEC, los objetivos de cambio climático a 2030 resultan más realistas y políticos:
- En el caso de la reducción de emisiones de efecto invernadero respecto a las de 1990, bajan del 23% al 20% que plantea el anteproyecto
- La penetración de energías renovables en el consumo de final será del 35%, frente al 42% del PNIEC
- Se fija un 70% de generación eléctrica de origen renovable, frente al 74% del plan
- Y una mejora de la eficiencia energética solo del 35%, frente al 39,5%.
No cambia
Lo que no cambia es el importante papel otorgado a la “tecnología hidráulica no fluyente”, o bombeo, como medio de integración de las energías renovables, que son intermitentes y no gestionables. Asi:
“La ley establece que el aprovechamiento del dominio público hidráulico no fluente en las nuevas concesiones que se otorguen tendrán como prioridad dicha integración”.
Para ello se aplicará “una estrategia de bombeo y turbinado”.
La medida fue polémica el año pasado por la mención que hacía al papel de REE en la gestión de bombeo. Esa mención ha desparecido en este nuevo borrador.
Transición energética
Los Acuerdos de París han promovido la toma de acciones para limitar el calentamiento global a 1,5 grados en 2050. Esas iniciativas se recogen en los diferentes PNIEC y en la Estrategia de Descarbonización a 2025 de la Unión Europea.
La transición energética que pretende promover la ley movilizará inversiones de 200.000 millones durante esta década. Eso incrementará el PIB español entre 16.500 millones y 25.700 millones al año, según el Gobierno. Por su parte, el propio anteproyecto de ley indica que el empleo aumentará entre 250.000 y 350.000 personas.
Eso sí, todo ello acompañado de medidas para conseguir una transición energética justa.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela