Las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron en España en 2016 un 3,13% respecto al 2015 principalmente porque se quemó menos carbón pero también hay que decir que aumentaron un 14,95% respecto al año base de 1990, según el informe «Cambio Climático. Estimación de las emisiones CO2 2016, Balance climatológico y análisis energético del año 2016» presentado la semana pasada por el Observatorio de la Sostenibilidad.
No hay que cantar victoria. A pesar del importante descenso de las emisiones de GEI en 2016, España sigue siendo uno de los países industrializados donde más han aumentado las emisiones, dice el informe, que presenta los datos estimados de las emisiones de gases de efecto invernadero del año 2016 realizados por el economista José Santamarta.
Estos datos apuntan a que en 2016 las emisiones de gases de invernadero disminuyeron un 3,13% respecto al 2015 pero aumentaron un 14,95% respecto al año base de 1990. Entonces se emitieron 285,9 millones de toneladas de CO2 equivalentes mientras que el año pasado 328,7 millones de toneladas de CO2 equivalente (En 2015 fueron 339,5 millones de toneladas de CO2 equivalente).
Menos carbón pero más petróleo y gas
El documento afirma que el descenso de las emisiones de gases de efecto invernadero en el año 2016 puede imputarse en su casi totalidad a un descenso de la quema de carbón para la generación eléctrica en casi un 30,6%. Sin embargo, a pesar del uso de menos carbón, el consumo de petróleo creció un 3% y el gas natural un 1,4%.
Asimismo, la aportación de las energías renovables -sobre todo la eólica- a este resultado de reducción de emisiones es muy importante: cubrieron el 40,8% de la generación de electricidad en 2016, muy por encima de lo que aportó la nuclear, el 22,9%. En concreto, la eólica aportó el 19,3%, la hidráulica el 14,6%, la fotovoltaica el 3,1% y la termosolar el 2,1%.
Reducción de emisiones en los sectores difusos
Según el informe presentado por el OSE «es difícil evaluar si al menos una parte de la reducción de emisiones producida en 2016 se ha debido al consumo de menos carbón o a los resultados de las escasas estrategias y políticas puestas en marcha en los últimos años por el Gobierno para los sectores difusos«.
Tal y como explica, algunas medidas para los sectores difusos (transporte, residencial, industrial no ETS, agrícola, residuos, fluorados) consisten en recomendaciones o directrices genéricas cuya aplicación -que corresponde además a muchas Administraciones- es difícil de medir y porque, en otras más concretas, el Gobierno «no establece los mecanismos adecuados para evaluar su ejecución«.
Consumo, energía y ahorro
«No obstante, estos programas de ayuda para incentivar la eficiencia y el ahorro energético no han tenido, en nuestra opinión, una dotación suficiente como para que la disminución de emisiones pueda apreciarse de manera significativa«.
También Juan Avellaner, doctor ingeniero industrial, analiza el año 2016 desde el punto de vista de la energía exponiendo su relación con el mix energético y los precios de la energía. Según asegura, el consumo de energía después de varios años de caída está repuntando con crecimientos intensos, +3% en 2016, lo que es un indicador positivo de recuperación; aunque se desarrolla con una intensidad energética que señala un retorno no deseado hacia áreas económicas intensivas en energía.
Sin embargo, apunta a que el consumo eléctrico, indicador adelantado y directo de la economía de alto valor añadido, se mantiene prácticamente constante con una subida en 2016 del 0,6% (sin aplicar correcciones).
Las renovables abaratan los precios
Subraya que las energías renovables se han convertido en el mercado eléctrico en las amortiguadoras visibles de los precios. Así, pone de manifiesto como la producción eólica ademas de aportar beneficios muy importantes en reducción de emisiones, empleo, industria, exportación, etc., permitió en 2015 disminuir el coste anual de la energía (precio del KWh) en el 15,7%; «esto es, las renovables no son las responsables de ningún tipo de déficit sino todo lo contrario, pues mejoran todos los indicadores«.
En pobreza energética señala que, entre otras consideraciones, los precios en España tienen una marcada carga punitiva hacia los menos consumidores. Por ejemplo, explica que en el tramo inferior de consumo, <1.000
KWh/año, el precio final con impuestos y tasas es de 529 €/MWh (unas 10 veces el precio del mercado), el más alto en Europa, superando la media europea en un 62,4%.
2016 fue un año cálido y húmedo
Con el objetivo de hacer una aproximación al fenómeno del Cambio Climático en España. La doctora en Ciencias Físicas Yolanda Luna, de la AEMET, realiza en el informe un resumen climatológico del año (precipitaciones, temperatura y fenómenos meteorológicos extremos) acompañado de un análisis de las tendencias.
Así, en promedio, 2016 ha sido en España un año cálido con una temperatura media de 15,8 ºC (0,7 ºC por encima del valor normal de referencia); ha sido el sexto año más cálido desde 1965 y el quinto desde comienzos del siglo XXI.
En general, 2016 ha sido húmedo en nuestro país. El promedio anual ha sido de 682 mm de precipitación, alrededor de un 5% por encima del valor normal. Esta anomalía positiva se debe a que durante los cinco primeros meses la precipitación acumulada fue superior al 40% mientras que los siguientes fueron secos o muy secos (excepto noviembre, que fue ligeramente húmedo).
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.