La única manera de que Europa aparque los combustibles fósiles y alcance la neutralidad para 2050 será cubriendo las necesidades de litio y tierras raras. En comparación con el momento actual, será necesario multiplicar la obtención de litio por 35 y hasta por 26 la de tierras raras. Así se desprende de un estudio independiente realizado por la Universidad KU Leuven (Bélgica) y encargado por Eurometaux (Asociación Europea de Productores de Metales).
El estudio se enfoca en el suministro metalúrgico necesario para acometer la transición energética en la UE sin combustibles fósiles.
El mismo señala que la transición energética también requerirá un suministro anual mucho mayor de aluminio, cobre, silicio, níquel y cobalto.
Todos ellos serán esenciales para: producir vehículos eléctricos y baterías; tecnologías renovables de energía eólica, solar y de hidrógeno; y para la infraestructura de red necesaria para lograr la neutralidad climática.
El estudio también apunta a que, para 2050, entre un 40% y el 75% de las necesidades de metales podrían satisfacerse mediante el reciclaje local. Para ello, sería necesario una fuerte inversión, por parte de Europa, y la solución para los cuellos de botella.
Además, el informe apunta a que Europa se enfrenta a deficiencias críticas en los próximos 15 años sin más metales extraídos y refinados que suministren el inicio de su sistema de energía limpia. Se necesitarán pasos progresivos para desarrollar una economía circular a largo plazo. Será la manera de evitar que se repita la actual dependencia de los combustibles fósiles en el continente.
Independencia europea de los combustibles fósiles
Según expuso recientemente Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, sobre la independencia europea del petróleo, el carbón y el gas rusos:
«Simplemente, no podemos confiar en un proveedor que nos amenaza explícitamente. Necesitamos actuar ahora para acelerar la transición de energía limpia. Cuanto más rápido cambiemos a las energías renovables y al hidrógeno, combinado con una mayor eficiencia energética, más rápido seremos verdaderamente independientes y dominaremos nuestro sistema energético».
En esa línea, el citado estudio es el primero que da a conocer datos concretos relacionados con las advertencias de agencias internacionales. Esos datos hacen referencia a los inminentes desafíos de suministro de los metales necesarios para ayudar a acabar con los combustibles fósiles.
El documento señala que, para 2050, los planes de Europa para producir tecnologías de energía limpia requerirán anualmente:
- 4,5 millones de toneladas de aluminio, que representa un aumento del 33% en comparación con el uso actual;
- 1,5 millones de toneladas de cobre, es decir, un 35% más;
- 800.000 toneladas de litio, un 3.500% más;
- 400.000 toneladas de níquel, un 100% más;
- 300.000 toneladas de zinc, entre un 10% y un 15% más;
- 200.000 toneladas de silicio, un 45% más;
- 60.000 toneladas de cobalto, un 330% más;
- 3.000 toneladas de metales de tierras raras como neodimio, disprosio y praseodimio, entre un 700 y un 2.600% más.
El propio estudio indica que la UE se ha comprometido a acelerar su transición energética. Sin embargo, sigue dependiendo, en gran medida, de las importaciones del metal necesario. Y, además, existe una creciente preocupación por la seguridad del suministro.
Riesgos de suministros de litio, cobalto, etc.
El estudio señala que Europa podría afrontar problemas alrededor de 2030 por la escasez mundial de suministro de cinco metales: litio, cobalto, níquel, tierras raras y cobre.
La demanda de metales primarios de la UE alcanzará su punto máximo alrededor de 2040; Pero, a partir de entonces, un mayor reciclaje ayudará al bloque a lograr una mayor autosuficiencia. Eso sí, se necesitan grandes inversiones en infraestructura de reciclaje y que se aborden los cuellos de botella legislativos para conseguirlo.
Si no se hiciera así, Europa dependería de una refinación de metales para batería y de tierras raras de proveedores insostenibles. Tal es el caso de China e Indonesia. Además, Europa también depende de Rusia para su suministro actual de aluminio, níquel y cobre.
El estudio recomienda que Europa se vincule con proveedores responsables comprobados que gestionen sus riesgos ambientales y sociales. Asimismo, cuestiona por qué el bloque no ha seguido a otras potencias globales, como China, al invertir en minas externas para impulsar sus estándares ESG.
Minas y producción europea
Según el estudio: existe un potencial teórico para que las nuevas minas nacionales cubran entre un 5% y el 55% de las necesidades de Europa en 2030. Los proyectos más grandes se establecen para el litio y las tierras raras. Sin embargo, el futuro de la mayor parte de estos proyectos es incierto. Se enfrentan a la oposición de la comunidad local y a los desafíos de permisos, o dependen de procesos no probados.
Europa también necesitaría abrir nuevas refinerías para transformar los minerales extraídos y las materias primas secundarias en metales o productos químicos. La crisis energética de Europa hace que la inversión en nuevas refinerías sea un desafío. Asimismo, que el aumento de los precios de la energía haya forzado el cierre temporal de casi la mitad de la capacidad de refinación existente en el continente para aluminio y zinc. Mientras, la producción ha aumentado en otras partes del mundo.
Reciclaje de materiales
Finalmente, el estudio señala que, para 2050, los metales reciclados localmente podrían producir: tres cuartas partes de los cátodos de batería fabricados en Europa; todos sus planes para la producción de imanes permanentes; y volúmenes significativos de aluminio y cobre.
El reciclaje de metales, en promedio, ahorra entre un 35% y un 95% de CO2 en comparación con la producción de metales primarios. Sin embargo, el estudio indica que el reciclaje:
“No proporcionará una fuente de suministro viable en la UE para las baterías de vehículos eléctricos y las tecnologías de energía renovable de Europa hasta después de 2040”.
FUENTE: Siglo XXI
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Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela