ha presentado, junto a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), las directrices para la creación de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Es una guía para que las entidades locales puedan regular la movilidad, siguiendo lo establecido en la Ley de Cambio Climático. En consecuencia, estos espacios podrán mejorar la calidad del aire y la salud de los ciudadanos. Además, ayudarán a mitigar el cambio climático.
De este tema, hablábamos recientemente
. Ahora, acaba de celebrarse el acto de presentación, en la sede de la FEMP, ha contado con la participación de: el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán; el comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius; y el secretario general de la FEMP, Carlos Daniel Casares.
Zonas de Bajas Emisiones (ZBE)
La Ley de Cambio Climático y Transición Energética establece la introducción de medidas de mitigación y reducción de las emisiones de la movilidad en: municipios españoles de más de 50.000 habitantes, territorios insulares y municipios de más de 20.000 habitantes que superen los valores límite de contaminantes regulados.
Deberán adoptar antes de 2023 planes de movilidad urbana sostenible, que deben incluir, entre otras medidas, el establecimiento de zonas de bajas emisiones.
La creación de las ZBE está también prevista en el PNIEC y en el Programa Nacional de Control de la Contaminación Atmosférica. Tras seis meses de la entrada en vigor de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, MITECO pone a disposición de las entidades locales un documento que sirve de guía para el diseño de estas zonas de bajas emisiones.
Las directrices recogen los umbrales mínimos que deben tenerse en cuenta a la hora de crear una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Entre ellos, se incluyen criterios en: materia de calidad del aire, eficiencia energética, ruido y cambio climático.
Además, se fija también el procedimiento para su implantación; una propuesta de indicadores de seguimiento; y un amplio catálogo de medidas que los ayuntamientos podrán adoptar para incentivar el cambio hacia una movilidad ambientalmente más sostenible.
Normas para cada municipio
En particular, para el diseño de Zonas de Bajas Emisiones los Ayuntamientos deberán establecer objetivos que permitan: mejorar la calidad del aire; garanticen el cumplimiento de los límites regulados para distintos contaminantes; tiendan a alcanzar los estándares definidos por la Organización Mundial de la Salud; así como objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero coherentes con los determinados por el PNIEC.
A partir de ahí, deberán articular las medidas necesarias para que las Zonas de Bajas Emisiones contribuyan a alcanzar estos objetivos.
Las directrices no determinan una extensión mínima para las zonas de bajas emisiones, ya que dependerá de las características de cada municipio. Sin embargo, sí señalan que deberá ser significativa y suficiente para el cumplimiento de los objetivos.
Se identifican distintos modelos de ZBE: estructurales (núcleo, en áreas concretas, o anillo, introduciendo gradualidad por áreas concéntricas); complementarias (especiales, para áreas como campus universitarios, parques empresariales, entornos escolares o sanitarios, y específicas para tramos de calles en las que concurran circunstancias singulares).
Tampoco se determina para qué tipologías de vehículos deberá restringirse el acceso a una ZBE. De nuevo, dependerá de cada caso, debiendo diseñarse las restricciones de modo que hagan posible alcanzar los objetivos. Las directrices sí apuntan que el diseño de las ZBE deberá tener en cuenta la pirámide de movilidad. Es decir, deberán dar prioridad al peatón, a la movilidad activa y al transporte público por delante del vehículo privado.
Respecto de este último, deberán priorizarse los vehículos con emisiones bajas y, preferentemente, nulas, contribuyendo así a impulsar la electrificación del transporte.
Movilidad sostenible en la ZBE
Las Zonas de Bajas Emisiones, según MITECO, son un instrumento clave en el cambio hacia un modelo de movilidad más sostenible. Facilitarán que España cumpla con sus compromisos en mitigación del cambio climático. Asimismo, con la normativa europea en materia de emisiones de CO2 que aplica al sector transporte.
La correcta implantación de estas ZBE permitirá también: mejorar la calidad del aire y la salud de los ciudadanos; ayudará a promover la movilidad activa; a desarrollar un transporte más sostenible; y permitirá recuperar el espacio público para el peatón.
Además, impulsará la eficiencia energética en los medios de transporte y contribuirá a la disminución de la contaminación acústica en las áreas urbanas. Todo ello permitirá dar respuesta a la demanda de los ciudadanos y avanzar hacia la nueva movilidad.
Esther de Aragón es licenciada en Geografía e Historia. Lleva varias décadas trabajando para medios de comunicación de diferentes sectores. Además, es escritora y ha publicado libros de temática tan diversa como: guías de viaje, un libro sobre el vehículo eléctrico o una novela