Sara Pizzinato, responsable de la Campaña de Energías Renovables de Greenpeace, recuerda que en la transición energética no hay que dejar a nadie atrás porque necesitará que millones de personas se involucren. Por eso piensa que en este proceso no se puede excluir a más de la mitad de la población mundial, las mujeres, en el camino para evitar el peor de los cambios: el climático.
Abro mi temporada 2018 de colaboraciones con Energy News con un deseo importante: cambiar para evitar el peor de los cambios: el cambio climático.
El deseo concretamente es que en 2018 sigamos conociéndonos y creciendo las personas que buscamos reemplazar el actual sistema corporativo basado en los combustibles fósiles y la nuclear por uno que pone a las personas y a la justicia económica a la vanguardia de la transición a un sistema energético 100% renovable, eficiente, inteligente y en manos de la gente.
La transición energética hacia un sistema 100% eficiente, inteligente y renovable necesitará que millones de personas se involucren en ella de múltiples formas para ocurrir con la rapidez necesaria a salvar el clima.
[pullquote]»Bajo esta premisa no sólo no se puede excluir a más de la mitad de la población mundial de la construcción física del sistema sino que se necesitan a esas personas para re-pensar el nuevo modelo energético». [/pullquote]
Bajo esta premisa no sólo no se puede excluir a más de la mitad de la población mundial de la construcción física del sistema sino que se necesitan a esas personas para re-pensar el nuevo modelo energético. En estos momentos de cambio incluso para las empresas eléctricas que históricamente han controlado el sistema eléctrico, se antoja imprescindible la introducción de nuevos puntos de vista sobre un sistema tradicionalmente controlado, pensado, puesto en marcha e incluso, posteriormente, puesto en duda por hombres (tendencialmente ingenieros o economistas, blancos y de mediana edad) cuya perspectiva lleva más de un siglo focalizada en grandes instalaciones de generación eléctrica centralizadas, estructuras de organización verticales y opacas donde los demás factores del sistema son secundarios y aparecen como meros puntos de conexión despersonalizados.
La electricidad ha sido tratada como un producto más con el que comerciar por lo que se ha perdido su carácter de bien básico. Las personas que consumimos electricidad por lo tanto nos sentimos relegadas en la posición de pagar unas facturas que no entendemos para pagar un sistema sobre el que no se nos ha consultado para tomar ninguna decisión.
La segunda digitalización del sector eléctrico parece estar ayudando a hacer obsoleta la concepción tradicional sobre la que se basa el sector energético y, junto a la aceptación de la necesidad de luchar contra el cambio climático, hace posible conectar con el deseo ciudadanos de nuevas formas de relacionarse con la energía.
[pullquote]»El cambio climático, la desigualdad extrema y la corrupción apuntan a tres grandes fallos dentro de nuestro sistema político-económico entrelazados entre sí»[/pullquote]
El cambio climático, la desigualdad extrema y la corrupción apuntan a tres grandes fallos dentro de nuestro sistema político-económico entrelazados entre sí. Un número cada vez mayor de personas y organizaciones estamos viendo la necesidad de responder a esta triple crisis de forma holística, abordando el cambio climático y la extrema desigualdad económica, al tiempo que trabajamos para probar nuevos mecanismos de participación democrática.
Es hora de dar visibilidad a otras miradas sobre la energía para verla en toda su complejidad y no sólo desde la perspectiva decimonónica usada hasta ahora. Las mujeres han sido excluidas de las decisiones sobre energía en España, a pesar de que muchas de ellas están ampliamente formadas para tal fin y que, si me apuras, ni siquiera hace falta tener una formación especial para poder participar en materia de energía.
[pullquote]»Las mujeres somos parte de los grandes perdedores del cambio climático y que, de no tomar medidas, también lo seremos de la transición energética necesaria a mitigar el cambio climático si no se nos considera parte integrante de ese cambio y, menos aún, se espera que lo vayamos a liderar.»[/pullquote]
Por el otro lado, la población femenina global es la más afectada por el cambio climático al mismo tiempo que es la más expuesta a la pobreza energética o (en el muchas áreas del mundo) a la falta de acceso a la energía.
Se podría decir por lo tanto que las mujeres somos parte de los grandes perdedores del cambio climático y que, de no tomar medidas, también lo seremos de la transición energética necesaria a mitigar el cambio climático si no se nos considera parte integrante de ese cambio y, menos aún, se espera que lo vayamos a liderar.
De estas y muchas más cuestiones estamos hablando en Bilbao estos días en el Primer encuentro de mujeres sobre Género y Energía. Queremos buscar y potenciar a las mujeres que puedan o ya están liderando la transición energética en todas sus facetas, hacer visible su acción esperando que sean de inspiración para otras personas que en ellas se puedan identificar. Queremos recoger nuevas miradas sobre cómo debería ser la transición energética y cómo las mujeres estamos participando desde múltiples sectores incluso los que tradicionalmente no están ligados al sector energético y podrían participar en un futuro y cuáles son las barreras que existen para que eso se haga realidad.
Cambiar a peor no es deseo de nadie y necesitamos a todo el mundo para evitar el peor de los cambios: el cambio climático. ¿Te sumas?
Sara Pizzinato
Responsable de la Campaña de Energías Renovables de Greenpeace
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.