Máximo aprovechamiento de los recursos disponibles. Esta bien podría ser la filosofía que ha impulsado a los creadores de MGES, la innovadora tecnología que aprovecha la ladera de las altas montañas para almacenar energía a largo plazo. Veámos cómo funciona.
En un estudio publicado en la revista Energy, unos investigadores de IIASA (International Institute for Applied Systems Analysis) proponen una alternativa para almacenar energía a largo plazo aprovechando la ladera de las altas montañas.
La tecnología que ha sido bautizada como MGES, siglas en inglés de Mountain Gravity Energy Storage y pretende ser una alternativa que quede a medio camino entre las soluciones de almacenamiento a corto y largo plazo.
A nivel teórico, MGES es fácil de explicar. Se basa en la instalación de grúas en el borde una montaña empinada, con suficiente alcance para transportar arena (o grava) desde un lugar de almacenamiento en el fondo hasta otro en la cima. Un motor/generador es el encargado de mover las vagonetas de almacenamiento llenas de arena desde abajo hacia arriba, como en un remontador de esquí. Durante este proceso, se genera electricidad cuando se lleva arena del sitio superior de almacenamiento hacia el que está situado abajo.
La infografía que abre la noticia lo muestra con detalle, la reproducimos de nuevo:
Con arena, grava o agua
Si en la montaña hay arroyos o ríos, el sistema MGES puede ser combinado con hidroenergía, donde se emplearía agua para llenar los recipientes de transporte en vez de arena o grava durante periodos de gran disponibilidad, generando así energía.
Los sistemas MGES tienen la ventaja de que se puede añadir peso en forma de agua a cualquier altitud, incrementando la posibilidad de que esta pueda ser capturada desde diferentes altitudes en la montaña, lo cual no es posible en la hidroenergía convencional.
Ventajas de la tecnología que almacena energía en las montañas
Comparada con la tecnología PHS (de almacenamiento hidrobombeado), la MGES resulta más barata y eficaz ya que la arena es barata y no se evapora como sucede con el agua. Esto último, además, permite su reutilización en varios ciclos de almacenamiento, lo que resulta especialmente interesante en regiones secas.
Proponen probar la viabilidad del sistema en la isla hawaiana de Molokai de una planta equipada con sistemas solares, eólicos, baterías y MGES para suministrar toda la demanda energética de la isla
«Además, las centrales PHS están limitadas a una diferencia de altitud de 1.200 metros, debido a las presiones hidráulicas muy grandes que se generan», explican los autores del proyecto. «Las centrales MGES, en cambio, podrían tener diferencias de altitud de más de 5.000 metros», matizan.
Respecto a los lugares que consideran más adecuados para el desarrollo de esta tecnología, sus creadores hablan de: Himalaya, los Alpes y las Montañas Rocosas, Hawái, Cabo Verde, Madeira y algunas del Pacífico con un terreno muy montañoso.
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.