Diversos medios estadounidenses citados por la agencia española de noticias de Europa Press han confirmado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya ha decidido sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París, mientras que en su cuenta de twitter él mismo ha publicado que anunciará su decisión en los próximos días. La única pista que añade al respecto es la frase que escribe a continuación: «Hagamos de América algo grandioso otra vez». A finales de marzo, Donald Trump ya tomó una iniciativa en esta dirección
cuando firmó una “Orden Ejecutiva de Independencia Energética” en la que, entre otras medidas, revoca cuatro acciones Presidenciales del Gobierno de Obama en política medioambiental y rescinde el propio Plan de Acción Climática de Obama, ordena una revisión del “Plan de Energía Limpia” de su antedecesor y el examen de algunas acciones de agencias gubernamentales que puedan potencialmente obstaculizar de “manera inncecesaria” el desarrollo de recursos nacionales con especial atención al petróleo, al gas natural, al carbón y la energía nuclear.
Un mes después, el presidente de Estados Unidos, anunció su deseo de revisar la prohibición de prospecciones en el Ártico, el Atlántico y el Golfo de México, con la firma de otra Orden Ejecutiva. Estos han sido algunos de los pasos previos a la toma de decisión de Trump sobre si retiraría a Estados Unidos del Acuerdo de París, cosa que ya advirtió en campaña, y que parece que han ido apuntando en esa dirección.
Sin embargo, contra todo pronóstico y hasta el momento los inversores están dando un espaldarazo a las renovables en los Estados Unidos. Así lo reconoce Lipper, el departamento de investigación de la prestigiosa firma de inversión Thomson Reuters. Según la información que maneja y que ha sido difundida también por la agencia de noticias Reuters con anterioridad a la probable decisión de Trump sobre la permanencia de Estados Unidos en el Acuerdo de París, recién elegido éste los inversores sacaron casi 68 millones de dólares de los denominados fondos «verdes», pero ahora están volviendo a invertir.
La cuestión es que en un primer momento tras las elecciones, los inversores pensaron que la agenda pro-carbón del nuevo presidente de los Estados Unidos afectaría a las empresas de energía renovable. Sin embargo, en los primeros cuatro meses del año casi 83 millones de dólares han ido a parar a 22 de estos fondos -aquellos con estrategias de selección o inversión que se basan únicamente en criterios ambientales-, de acuerdo con la información que publica Ross Kerber.
¿La razón? Los estadounidenses no confían en que las propuestas de Donald Trump de revivir la industria del carbón vayan a tener éxito y confían en que no tocará los subsidios gubernamentales que apoyan el desarrollo de las energías renovables, que tienen el apoyo tanto de republicanos como de demócratas, señalan las mismas fuentes.
La noticia de Reuters cita a Murray Rosenblith, gestor del fondos verde estadounidense New Alternatives Fund, que reconoce «los problemas a los que se enfrenta en el mercado la industria del carbón son demasiado grandes para que los resuelva un Gobierno«. Así visto, Murray Rosenblith está convencido de que «Trump no puede devolver el carbón». «No hay nada que pueda traerlo de vuelta», asevera.
Trump y las renovables
Además, Reuters cita una encuesta propia realizada en abril a unas 32 empresas de servicios públicos en la que que ninguno reconoció que se planteaba aumentar el uso de carbón como resultado de las políticas de Trump. Al contrario, muchos de los encuestados pensaban continuar con el cambio hacia alternativas más baratas y más limpias, incluyendo la eólica y la solar.
Y es que como señala Ross Kerber «los fondos, aunque siguen siendo un nicho de inversión, se han vuelto cada vez más populares en la última década, en medio de las crecientes preocupaciones sobre el cambio climático. Tienden a atraer inversores más jóvenes y más preocupados por el medio ambiente que ven beneficios en la floreciente industria de energía renovable«.
El autor cita a Joe Keefe, director ejecutivo de Pax World Management LLC, uno de los mayores fondos verdes del país, que afirma que la energía solar y la energía eólica están creando muchos puestos de trabajo y parece que es una tendencia a largo plazo.
Las empresas solares empleaban a unos 374.000 trabajadores en 2016, mientras que la industria eólica empleaba a 101.738. En conjunto, produjeron un crecimiento del empleo de alrededor del 25 por ciento sobre el 2015, según el Departamento de Energía de los Estados Unidos, según la información de Reuters.
Así que puede que, en París o fuera de él, la realidad se imponga y Estados Unidos siga invirtiendo en energías limpias, cada día más baratas y que crean empleo.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.