Tres de cada cuatro españoles no cogen el transporte público, pero más de tres millones podrían empezar a hacerlo. Sobre todo, teniendo en cuenta que los protocolos anticontaminación que durante estos días se están implementando en ciudades como Madrid implican restricciones al tráfico de los vehículos particulares.
En concreto, tal y como señala el informe “Descifrando al No Viajero”, elaborado por la Asociación de Empresas Gestoras de Transportes Colectivos Urbanos (ATUC) y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), y publicado ayer, en pleno debate sobre la calidad del aire en los principales centros urbanos, un 42% de los ciudadanos son, en realidad, potenciales usuarios.
Este informe quiere ser un punto de partida para que los gestores del transporte urbano y las administraciones públicas unan fuerzas para lograr una movilidad más sostenible y una sociedad menos dependiente energéticamente. Los operadores, implementando medidas para garantizar un mejor servicio, y las administraciones, ordenando y retomando las inversiones en transporte público tras años de duros ajustes presupuestarios, informa ATUC en un comunicado.
Así, en primer lugar, según el informe, hay que tener en cuenta que una buena parte de los no usuarios no se sube al transporte público porque sencillamente prefiere andar (casi tres de cada diez), o no lo necesita por la cercanía de su casa con el centro de estudios o de trabajo (cerca de un 25%). Ambos factores son entendibles si se tienen en cuenta las ciudades medianas o pequeñas, donde las distancias no resultan muy grandes, e incluso algunas de ellas han apostado por la peatonalización de las calles para fomentar ir a pie. En cambio, un 24,7% de no usuarios simplemente prefiere el coche.
[pullquote]Un 81% de los encuestados considera que el transporte público es la mejor solución a los problemas medioambientales[/pullquote]
No obstante, a prácticamente nadie le disgusta en sí el transporte público, pues solo un 2% se muestra tan tajante. De hecho, un 81% considera que el transporte público es la mejor solución a los problemas medioambientales –tan evidentes en estos días- y de congestión de tráfico de las ciudades.
Por tanto, a la hora de buscar las razones que alejan a las personas del transporte público hay que acudir a aspectos relacionados con el funcionamiento del sistema, siendo el tiempo el principal elemento disuasorio. Y es que uno de cada cuatro cree que tarda mucho y que la frecuencia de paso es baja, prosigue el comunicado.
Son estas personas que citan como barreras problemas de servicio las que pueden considerarse como susceptibles de poder cambiar de idea, tal como señala el informe, que ha tenido en cuenta los distintos tipos de ciudad (pequeña, grande, mediana y Madrid/Barcelona).
Sin embargo, para que esta predisposición al cambio se haga efectiva los no usuarios indican que deberían implementarse ciertas medidas en el sistema. La principal, citada por la mitad de los potenciales usuarios, es una mayor frecuencia de paso, mientras que un 27,1% pide trayectos más rápidos.
Esto significa que dos de las tres mejoras más decisivas para ellos tienen que ver con el tiempo, algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que más de la mitad de los potenciales viajeros reside en Madrid y Barcelona, las ciudades más grandes y donde las necesidades de movilidad resultan más acuciantes.
Asimismo, otro factor de cambio es económico, ya que un 27,1% demanda precios más asequibles para empezar a utilizar de forma habitual el transporte público, a pesar de que, por ejemplo, en ciudades como Madrid y Barcelona el abono mensual del transporte público cuesta 10 euros menos de media que en otras grandes ciudades europeas.
Transporte público
Por el contrario, no parece haber un problema de falta de estructura en su opinión, ya que solo un 16% cree que antes de empezar a subirse a un autobús o a un metro deberían mejorar las combinaciones y los transbordos; mientras que apenas un 14% menciona la lejanía de las paradas respecto a su casa o centro de estudios o trabajo como un debe a solucionar.
No obstante, a pesar de esas mejoras no todos están dispuestos a subirse al transporte público, ya que cerca de un 30% seguiría ajeno a este medio de movilidad, frente al 71% que, vistos los cambios, sí modificaría sus hábitos de desplazamiento, prosigue ATUC.
Tal como señala su secretario general, Jesús Herrero, “más de tres millones de personas que no utilizan el transporte público podrían empezar a hacerlo, pero para ello es fundamental no solo hacer autocrítica, sino también una labor pedagógica. Por ejemplo, muchos consideran que el transporte público es lento, pero sabemos que los españoles pierden de media casi un día al año en el coche en atascos. O dicen que es caro, pero lo es más comprarse un coche que pasa el 90% de su tiempo aparcado”.
Por otra parte, el informe elaborado por ATUC e IDAE dibuja un perfil del no usuario, que es mayoritariamente mujer (59,9%) y de edad entre 45 y 64 años (34,4%). Es principalmente una persona con un nivel de ingresos medio/alto, no en vano tiene estudios superiores (45,6%) y eso sí trabaja por cuenta ajena (33%).
Por tanto tiene facilidad para acceder a un vehículo y asumir todos los costes que genera, desde la compra hasta el posterior mantenimiento, seguro, etc. De hecho, la gran mayoría de no usuarios tiene carnet de conducir, casi tres de cada cuatro.
Además, el tipo de hogar más común entre los no usuarios es el formado por dos personas, uno de cada tres (casados o en pareja), por lo que la distribución de la renta no debe repartirse entre muchos miembros y esto amplía el poder adquisitivo.
[pullquote]El perfil del no usuario es mayoritariamente mujer (59,9%), de edad entre 45 y 64 años (34,4%), principalmente con un nivel de ingresos medio/alto y estudios superiores (45,6%) y que trabaja por cuenta ajena (33%)[/pullquote]
Al mismo tiempo, resulta curioso comprobar cómo entre los no usuarios la percepción que tienen del transporte público es buena. Prácticamente más de la mitad está de acuerdo con la idea de que el transporte público funciona bien o muy bien.
Y, de hecho, un 25% de ellos afirma tener un amplio conocimiento del sistema de transporte público de su ciudad, mientras que un 60% dice que sí se hace una idea de cómo es. Esto significa que existe un margen de oportunidad para lograr un cambio en sus hábitos de movilidad. Es más, la mitad tiene algún billete o bono en su posesión, señal de que en alguna ocasión ha tenido que coger algún medio de transporte público para una circunstancia puntual.
¿Qué sucede entonces si la opinión es buena? Pues que dos de cada tres no usuarios afirman que el transporte público no resuelve, al menos como ellos requieren, sus necesidades de movilidad habituales, concluye.
Carlos Sánchez Criado
Publicista por la Universidad Complutense. Director comercial de publicaciones técnicas del sector de la energía durante doce años. Director de Energy News Events, S.L. desde 2012 difundiendo información en Energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es. Y por supuesto, organizando eventos como VEM, la Feria del Vehículo Eléctrico de Madrid.