La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha participado en el Consejo de Ministros informal de Medio Ambiente, en el que se ha abordado la adaptación al cambio climático y su nexo con la gestión del agua. España ha presentado sus experiencias en esta materia, al igual que otros cinco países. Todos han acordado prestar atención a las cuestiones relacionadas con la sequía y la escasez de agua
Entre otros efectos, los impactos del cambio climático se manifiestan principalmente en cambios a través del ciclo del agua. Por lo tanto, debe prestarse especial atención a las cuestiones relacionadas con la sequía y la escasez de agua.
La tendencia de los últimos años en España muestra un aumento progresivo de la escasez de agua que puede verse agravado por unas previsiones negativas de impacto del cambio climático sobre los recursos hídricos.
Sin embargo, las sequías y la escasez de agua ya no son un problema exclusivo del sur de Europa. De hecho, países como la República Checa, Alemania e incluso Finlandia y Suecia han tenido problemas de escasez en los últimos años. En un contexto como este, deben reforzarse los mecanismos que aporten garantías de suministro y, al mismo tiempo, ajustar los usos del agua a los nuevos patrones hidrológicos.
Por ello, la Unión Europea trabaja para reforzar la capacidad de adaptación de Europa y minimizar la vulnerabilidad a los impactos del cambio climático, intensificando la acción en la economía y la sociedad.
La planificación del agua requiere de la cooperación y participación de sectores clave, principalmente aquellos que extraen, consumen y descargan agua (tanto superficial como subterránea), pero también se preocupan de la planificación espacial, el sector financiero (incluidos los seguros) o la protección de la naturaleza. La coordinación entre estrategias sectoriales como la agricultura, la energía, el transporte y la protección de los recursos hídricos es clave para una gestión del agua sostenible y resiliente.
Soluciones contra la sequí basadas en la naturaleza
El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático español, aprobado en septiembre de 2020, es un ejemplo de las líneas de acción que es necesario abordar de forma prioritaria. Por un lado, se debe profundizar en la integración del cambio climático en la planificación hidrológica y la gestión del ciclo integral del agua, dando especial prioridad a la gestión de eventos extremos como sequías. Al mismo tiempo, se debe reducir el riesgo, promoviendo prácticas de adaptación sostenibles.
A este respecto, la vicepresidenta Teresa Ribera, ha apuntado durante su intervención que «las soluciones basadas en la naturaleza deben jugar un papel determinante en las políticas de adaptación».
Las soluciones basadas en la naturaleza son una herramienta clave para hacer frente a los crecientes impactos del cambio climático, incluido el aumento del riesgo de sequías, altas temperaturas, precipitaciones intensas o inundaciones.
En definitiva, el objetivo es ajustar los usos del agua a los nuevos patrones hidrológicos, de manera que se incremente la resiliencia sin renunciar a los objetivos planteados en la Directiva Marco de Agua.
En este sentido, destacan medidas como el uso de agua regenerada, que ha probado ser una fuente de agua alternativa para hacer frente a la escasez hídrica, y que juega un papel fundamental en la transición a la economía circular. Del mismo modo, la eficiencia y gestión del agua en edificios sostenibles tiene un gran potencial para generar beneficios asociados al ahorro y la seguridad y calidad del agua.
En el encuentro se ha abordado también cómo reforzar la adaptación al cambio climático en el camino hacia la COP26. Teresa Ribera ha defendido durante el encuentro que «mitigación y adaptación deben ir de la mano».
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.