Greenpeace está tratando de documentar la magnitud de los incendios forestales que actualmente arrasan el bosque de Taiga, en Siberia. Estos incendios en los bosques de Siberia tendrían, según Greenpeace, una influencia directa en el cambio climático, ya que producen carbono negro.
Los incendios en el bosque de Taiga, en la región de Krasnoyarsk (Siberia) están siendo devastados por las llamas. Con incendios en los bosques de Siberia de tamaños hasta ahora inéditos, que están emitiendo más de 166 millones de toneladas de CO2 (el equivalente a 36 millones de automóviles al año), esta región rusa se ha convertido en un peligroso foco de emisiones de carbono negro, derivado del hollín, cuyo destino final es el hielo del Ártico.
El experto en incendios forestales y voluntario de Greenpeace Rusia, el bombero Anton Beneslavskiy, ha declarado que “Rusia debería aumentar los esfuerzos en la protección de los bosques y proporcionar fondos suficientes para la lucha contra incendios y su prevención. El problema de los incendios forestales debe abordarse a nivel internacional en los acuerdos climáticos mundiales para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados».
En lo que va de verano se han quemado ya 4,3 millones de hectáreas, el equivalente a un área más grande que Dinamarca. Pero no solo la época estival es un periodo de incendios, ya que en total se han quemado 13,1 millones de hectáreas en 2019.
Desde Rusia, el personal experto de Greenpeace asegura que esta situación seguirá siendo extremadamente dañina durante las próximas dos semanas debido a las condiciones climáticas adversas que dificultan la extinción de los incendios. Y es que, aunque ya no hay concentración de humo en las principales ciudades de la región, si que se encuentra todavía en determinadas zonas forestales, según Greenpeace.
“Estos incendios deberían haberse extinguido al principio. Ahora se han convertido en una catástrofe climática que no se puede detener por medios humanos”, explica Mónica Parrilla, responsable de la campaña de Incendios de Greenpeace España.
Zonas de control: focos de los incendios en los bosques de Siberia
En Rusia existen zonas forestales denominadas «áreas de control», en las que el Estado no está obligado a combatir los incendios. Pues bien, el 90% de los incendios forestales activos a día de hoy en Rusia están en esas zonas de control.
Según una investigación de Greenpeace, el 90% de los incendios forestales en Rusia tienen como origen las actividades humanas. Imágenes satelitales demuestran que los incendios en los bosques de Siberia han comenzado en zonas donde se talan árboles y en las inmediaciones de carreteras y ríos.
“Estos incendios deberían haberse extinguido al principio. Ahora se han convertido en una catástrofe climática que no se puede detener por medios humanos”
Desde Rusia, Greenpeace exige la monitorización y seguimiento de estas zonas de control, ya que muchos de los incendios ocurridos en ellas podrían haberse extinguido al principio, lo que tendría una influencia directa en la desaparición del humo en los asentamientos y, por tanto, en las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.