De acuerdo con un informe encargado por el alcalde de la ciudad, Sadiq Khan, Londres debe reducir los trayectos en coche al menos un 27 % para conseguir su objetivo de alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono en 2030.
El estudio, elaborado por la consultora Element Energy, dice que, para llegar a la carboneutralidad esta década, la capital británica tendrá que hacer «un cambio significativo», pasando del uso de vehículos de gasolina y diésel a otros limpios y a hacer más desplazamientos en transporte público, a pie y en bicicleta.
Los datos recopilados por los analistas señalan que, a día de hoy, solo un 2 % de coches eléctricos en circulación en la ciudad. También que más de un tercio de los trayectos realizados en coche por los londinenses podrían hacerse en menos de 25 minutos a pie; mientras que dos tercios equivalen a 20 minutos en bici.
El alto precio de los atascos en Londres
Un análisis reciente contabilizó que los atascos de tráfico costaron en 2020 5.100 millones de libras (6.100 millones de euros) a la economía capitalina. La cifra se resta de los ingresos de los conductores que podrían haber estado trabajando o disfrutando de su ocio en lugar de parados en la carretera.
A esto se sumaría el impacto en la salud de los embotellamientos, con 4.000 muertes anuales prematuras atribuidas a la contaminación del aire en esta ciudad.
Medidas en marcha
Entre 2000 y 2018, Londres consiguió una reducción del 56 % de las emisiones de las oficinas y un 40 % de las procedentes de los hogares, pero solo un 7 % de los gases tóxicos del transporte.
Esto es así a pesar de las medidas mitigadoras vigentes, que incluyen que los conductores no exentos paguen una tasa por entrar a la llamada Zona de Congestión, que abarca el centro de Londres. Hay otro recargo que se cobra a los vehículos contaminantes por circular en la Zona de emisiones ultrabajas, que cubre buena parte de la ciudad.
Según el informe, la mejor solución para reducir al menos un 27 % los trayectos en coche sería sustituir las diferentes tasas actuales por un sistema unificado más simple en el que los conductores pagaran por kilómetro en función de cuánto contaminen sus vehículos, el nivel de congestión en su zona y el acceso al transporte público, con exenciones por ejemplo para personas con discapacidades o con ingresos bajos.
Pero esta tecnología «puede tardar años», por lo que Khan ha decidido someter a consulta pública otras posibilidades para disuadir del uso del coche. Entre estas opciones figuran la ampliación territorial de la Zona de emisiones ultrabajas; la introducción de una tasa adicional de «aire limpio» o el cobro de un «peaje» para entrar a Londres a los visitantes de fuera de la ciudad.
Fuente: EFE
Periodista de cuándo se maquetaba con tipómetro (no, no hace tanto...). Toda una vida dedicada a escribir sobre energía y acerca de cómo la movilidad cambia (para bien) la vida de las personas.