Un informe publicado por el grupo de expertos en energía Ember señala que las energías renovables cubrieron todo el aumento de la demanda mundial de electricidad en la primera mitad de 2022, evitando el crecimiento en la generación con carbón y gas natural.
El aumento de la generación eólica y solar cubrió más de tres cuartas partes del crecimiento de la demanda en el primer semestre de 2022, mientras que la hidroeléctrica cumplió con el resto, evitando un posible aumento del 4% en generación fósil, el gasto de 40 mil millones de dólares en costes de combustible y la emisión de 230 millones de toneladas de CO2.
Malgorzata Wiatros-Motyka, analista sénior de Ember, señala: “La energía eólica y solar están demostrando su valía durante la crisis energética. El primer paso para terminar con el control de combustibles fósiles caros y contaminantes es generar suficiente energía limpia para satisfacer el creciente apetito mundial por la electricidad”.
El informe analiza datos de electricidad de 75 países que representan el 90% de la demanda de electricidad mundial. Así, compara los primeros seis meses de 2022 con el mismo período de 2021 para mostrar cómo ha progresado la transición eléctrica.
En el primer semestre de 2022, la demanda mundial de electricidad creció en 389 teravatios hora (TWh). Por su parte, las renovables, eólica, solar e hidráulica, aumentaron en 416 TWh, superando ligeramente el aumento de la demanda de electricidad. Solo la eólica y la solar aumentaron en 300 TWh, lo que equivalió al 77% del aumento de la energía global.
En China, el aumento de la generación eólica y solar cubrió el 92% de su aumento de la demanda de electricidad, mientras que en EE. UU. fue del 81% y en la India del 23%.
La generación fósil no creció
Como consecuencia del crecimiento de las renovables, la generación fósil se mantiene prácticamente inalterada (+5 TWh, +0,1%). El carbón cayó 36 TWh (-1%) y el gas 1 TWh (-0,05%), lo que compensó un ligero aumento en otros combustibles fósiles (principalmente petróleo) de 42 TWh. En consecuencia, las emisiones mundiales de CO2 del sector energético no tuvieron cambios en la primera mitad de 2022 en comparación con el mismo período del año pasado, a pesar del aumento en demanda de electricidad.
El carbón en la UE aumentó un 15% solo para cubrir un déficit temporal en la generación nuclear e hidroeléctrica. En la India, aumentó un 10% debido a un fuerte repunte en la demanda de electricidad desde los mínimos de principios del año pasado, en el que la pandemia de Covid-19 golpeó con más fuerza.
A nivel mundial, estos aumentos fueron compensados por caídas del carbón del 3% en China y del 7% en EE.UU.
El crecimiento de la energía eólica y solar impidió un aumento del 4% en la generación de electricidad con combustibles fósiles en todo el mundo. En China, el crecimiento de la energía eólica y solar permitió que la generación con combustibles fósiles cayera un 3%. Cabe destacar que, sin este crecimiento, los combustibles fósiles habrían subido un 1%.
En India, la generación con combustibles fósiles aumentó un 9%, pero habría sido del 12% sin el crecimiento de la energía eólica y solar.
Por último, en la UE, la energía de combustibles fósiles aumentó un 6%, pero habría sido del 16% si no se hubiera dado un aumento de la generación con renovables.
Sin embargo, en julio y agosto…
Pese al parón de la generación fósil en el primer semestre de 2022, la generación de energía con carbón y gas aumentó en julio y agosto, lo que deja abierta la posibilidad de que aumenten las emisiones de CO2 del sector eléctrico en 2022.
Wiatros-Motyka concluye:
“No podemos estar seguros de si hemos alcanzado el punto máximo de carbón y gas en el sector eléctrico. Las emisiones del sector eléctrico mundial todavía están alcanzando máximos históricos cuando deberían estar cayendo muy rápido. Y los mismos combustibles fósiles que nos empujan a una crisis climática también está causando la crisis energética mundial. Tenemos una solución: viento y energía solar.»
En este sentido, el informe Net Zero Economy Index, en el que se mide la reducción de la intensidad de carbono entendida como las emisiones de CO2 por unidad de PIB, señala que, en 2021, el ritmo de descarbonización de la economía global fue solo del 0,5%, el nivel más bajo de la última década. No solo eso, sino que también el año pasado, nueve de las veinte mayores economías del planeta, que representan el 80% de las emisiones derivadas del uso de la energía, aumentaron su intensidad de emisiones.
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Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.