En este artículo, Arcadio Gutiérrez Zapico, Director General del Club Español de la Energía (ENERCLUB) habla sobre el informe World Energy Investment de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), poniendo el foco en la importancia en las decisiones de inversión en el sector de la energía.
El pasado 24 de mayo, se hizo el lanzamiento internacional del World Energy Investment de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en nuestra sede de Enerclub. Esta publicación, que ha cumplido su cuarta edición, incluye un análisis de lo que está pasando en términos de inversiones a nivel mundial en el sector, para todas las fuentes y tecnologías energéticas.
A diferencia de otros estudios de la AIE, no se trata de proyecciones a futuro, sino de lo que está pasando en la actualidad. Ello tiene un gran interés para el sector, porque las decisiones de inversión tomadas hoy determinan cómo se cubrirán las necesidades energéticas durante décadas, siendo cruciales para mantener la seguridad energética y alcanzar los objetivos ambientales.
El sector energético español, no ajeno a estos asuntos, lleva tiempo debatiendo sobre la necesidad de señales adecuadas para poder acometer las inversiones que sin duda se requerirán en los años venideros en el marco del proceso de transición. Siendo conscientes de los largos períodos de maduración de los proyectos, el conocimiento de los objetivos y prioridades energéticas en España y del campo de juego establecido, es requisito fundamental.
El análisis cifra el volumen de inversión energética mundial en más de 1,8 trillion (USD) en 2018, estabilizándose después de tres años de caída, como consecuencia de un incremento del 1% de la inversión en combustibles fósiles que compensó una bajada del mismo nivel en las inversiones del sector eléctrico. En eficiencia, las inversiones no aumentaron por primera vez en cuatro años.
Al mismo tiempo, por tercer año consecutivo, el sector eléctrico mantuvo la primera posición, con un volumen total de más de 800 billion (USD). Este dato muestra la importancia de la electricidad en una sociedad cada vez más interconectada y donde la incorporación creciente de nuevas tecnologías y la digitalización está introduciendo cambios importantes.
Evolución de las inversiones en los escenarios energéticos
Un tema importante que debe plantearse cuando se lee esta publicación de la AIE es cómo la evolución de las inversiones encaja con sus escenarios energéticos. En este sentido, hay dos preguntas que cabe hacerse. Por un lado, si se está invirtiendo lo suficiente; y por otro, si las inversiones actuales son consistentes con las objetivos de seguridad y sostenibilidad.
Según Alessandro Blasi, el experto que nos presentó el estudio, la respuesta a sendas cuestiones es negativa. Para la AIE, la inversión en el suministro de energía debería aumentar, sea cual sea el escenario, para hacer frente al crecimiento global de la demanda. Al mismo tiempo, hay pocas señales que evidencien una inversión en línea con el cumplimiento del Acuerdo de París y otros objetivos de desarrollo sostenible.
Para que las inversiones sean consistentes con dichos objetivos, la Agencia indica que es necesario reorientar las inversiones hacia tecnologías de bajo contenido en carbono, eficiencia y redes de electricidad. En su escenario de desarrollo sostenible, la participación de la inversión baja en carbono se eleva al 65% para 2030, desde el 35% actual. Para conseguir esta mayor participación, la AIE considera que se requiere un cambio en el enfoque de las medidas políticas, nuevas fórmulas de financiación, y un mayor desarrollo tecnológico, apoyado sustancialmente en la I+D+i, entre otros aspectos.
El sector energético español, no ajeno a estos asuntos, lleva tiempo debatiendo sobre la necesidad de señales adecuadas para poder acometer las inversiones que sin duda se requerirán en los años venideros en el marco del proceso de transición. Siendo conscientes de los largos períodos de maduración de los proyectos, el conocimiento de los objetivos y prioridades energéticas en España y del campo de juego establecido, es requisito fundamental.
En estos momentos, disponemos de un borrador del PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) que ha sido sometido a consulta pública y enviado a la Comisión Europea, y que previsiblemente, tras sufrir algunos ajustes, se aprobará a finales de este año. Este documento calcula que la primera fase de la transición energética (2021-2030) necesitará inversiones cercanas a 236.000 M€, de los cuales el 43% corresponde a energías renovables, 37% a ahorro y eficiencia energética, 18% a redes y electrificación y el 2% restante asociado a otras medidas como los sectores difusos no energéticos, las centrales térmicas o la nueva potencia de respaldo.
Sistema eléctrico
En lo que el sistema eléctrico se refiere, con lo objetivos planteados, se prevé tenga una operación más compleja, dada la necesidad de una mayor integración de energías renovables (en su mayoría fotovoltaica y eólica no gestionable, con unos objetivos de alcanzar 50 GW y 37 GW en 2030, respectivamente), y la creciente importancia que tomarán los recursos distribuidos, como el autoconsumo (con más de 1 millón de instalaciones previstas), y la movilidad eléctrica (5 millones de vehículos eléctricos).
En este contexto, de cara a afrontar los retos futuros, será fundamental, entre otros temas, crear el contexto regulatorio y las condiciones adecuadas (agilidad administrativa, adaptación del mercado, señales de precios eficientes) que faciliten y movilicen las inversiones necesarias y su financiación, sin olvidar la importancia de que éstas se produzcan a su debido tiempo.
Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense. Redactor en energynews.es, movilidadelectrica.com e hidrogeno-verde.es.